En la comunidad de Progreso, en la escuela ubicada en el sector fronterizo entre Panamá y Costa Rica, fue donde Iris Adneellys Urrunaga De Gracia descubrió el mundo deportivo. Actualmente se destaca en el voleibol de sala y playa.
Su vida deportiva se inició jugando fútbol a los nueve años de edad, cuando cursaba el tercer grado. Se desempeñaba como atacante y puso su sello en el manejo hábil del balón y como goleadora en los certámenes escolares y colegiales.
“Me encantaba jugar fútbol y por supuesto hacer goles, mi fortaleza siempre ha sido mi movilidad y velocidad, y gracias a la potencia en mi pierna derecha anotaba muchos goles”, destacó Urrunaga.
Así se mantuvo hasta el octavo nivel en el colegio de Progreso, cuando el profesor de educación física Federico Cedeño le preguntó si le gustaría aprender a jugar voleibol. “Le respondí inmediatamente que sí”.
“Desde esos primeros días de entrenamiento, sentí que había encontrado mi verdadero amor deportivo”, comentó mientras sonreía la atleta.
Según Urrunaga, el haber jugado fútbol como primer deporte fue importante para su desarrollo en el voleibol. “Me dio movilización, coordinación, velocidad, saber ubicarme dentro del campo de juego, el saltar, saber cómo y cuándo hacerlo, pero sobre todo, en ambos deportes considero que ser disciplinada en todos los aspectos ha hecho de mí una jugadora de carácter”, apreció.
La Estrella Deportiva no escapa de la triste realidad del deporte local. “Ser deportista en nuestro país, no es nada fácil por muchas razones y más si se es mujer, y si te desarrollas en un deporte donde no recibes apoyo en todos los sentidos”, sostuvo Urrunaga, de 18 años.
“Siento que soy una guerrera, porque siempre quiero dar más y más, y ese es mi objetivo”, dijo la atleta, que prefiere jugar voleibol de playa que en una sala, ya que solo son dos las que juegan todo el partido y no existe relevo. “Eso te motiva a apoyar plenamente a tu compañera y ella a ti”.
AGRADECIDA
La joven de pequeña y esbelta figura, dijo estar agradecida con Dios por haberle brindado la oportunidad de jugar voleibol, gracias a ello ha podido competir en torneos en diferentes provincias del país y por supuesto fuera del territorio istmeño, como en Guatemala, Honduras y Nicaragua, en dos oportunidades.
A los 14 años fue convocada a su primera selección, en la división Sub-20, era la más pequeña en tamaño y experiencia, pero fue dispuesta a ganar experiencia y confianza. La jugadora aconsejó a los padres que les brinden a sus hijos la oportunidad de desempeñarse en cualquiera disciplina deportiva, eso es importante para su desarrollo mental y físico, les proporcionará muchas herramientas para enfrentar sus vidas futuras, argumentó.
La atleta comenzó en el voleibol jugando los torneos intercolegiales con el CEP (Centro Educativo de Progreso), y participó en 2012 en los campeonatos nacionales de voleibol intermedio con Chiriquí Occidente, logrando un segundo lugar, y en 2013 y 2014 su equipo fue campeón en el torneo primario.
En agosto de 2013, con solo 15 años, formó parte de la selección nacional Sub-20 que participó en el Campeonato Centroamericano femenino en Santa Rosa de Copán, Honduras.
Ha sido tres veces campeona nacional de voleibol playa en categoría Sub-21, en los torneos de 2014, 2016 y 2017, y representó a Panamá en el Campeonato Centroamericano de Voleibol de Playa Sub-21 en El Salvador en 2014, y en Farallón, Panamá, en 2015.
En 2017 logró su tercer campeonato nacional de voleibol playa Sub-21 y de forma simultánea logró el subcampeonato en la categoría mayor en voleibol de playa.