El pelotón del Tour de Francia, que arrancará este sábado desde Vendée, se compone de corredores con papeles muy diferentes que se pueden clasificar en siete principales familias.
Chris Froome en primer lugar. Cuádruple ganador, el británico es la referencia de la carrera, el rival a batir para los otros principales candidatos a la clasificación general: el colombiano Nairo Quintana, asociado por primera vez al español Mikel Landa; el italiano Vincenzo Nibali, el francés Romain Bardet, el holandés Tom Dumoulin, el australiano Richie Porte, el colombiano Rigoberto Urán y el británico Adam Yates.
Esa familia, la más destacada del pelotón, cuenta también en sus filas con el irlandés Dan Martin, el danés Jakob Fuglsang, el ruso Ilnur Zakarin, el luxemburgués Bob Jungels, e incluso el holandés Steven Kruijswijk. Geraint Thomas (todavía más que Wout Poels y Michal Kwiatkowski) encarna esta función por partida doble.
El galés ayuda a su jefe de filas (Froome); lo acompaña lo más lejos posible en montaña, a veces hasta la meta. Pero también debe estar preparado a suplirlo en caso de accidente o desfallecimiento.
El holandés Wilco Kelderman, baja por lesión, debía tener el mismo papel con Dumoulin.
Su ausencia es un duro golpe para su líder. Por contra, el sensacional estado de forma de Pierre Latour aporta garantías a Bardet. Mientras, el español Marc Soler debe ser capaz de sobresalir también si encuentra su lugar en un equipo con varias referencias (Quintana, Landa y Valverde).
Este año, el danés Magnus Cort Nielsen debuta, pero el estreno más esperado es el del colombiano Fernando Gaviria, quien dominó los esprints del Giro 2017.

