Lo que comenzó como un paseo de fin de semana a la playa, terminó un año después en una fundación sin fines de lucro, que busca en las olas del mar, la calma.
Así describió Paola Castrejón Canales el inicio de Autism Wave, una organización dedicada a tratar con niños que padecen de trastorno generalizado del desarrollo, entre ellos asperger, autismo del alto y bajo rendimiento y déficit de atención.
Castrejón confesó que ya había escuchado que las olas y el surf ayudaban a personas con algún tipo de discapacidad, por esto quiso probar y ahora cuenta su testimonio.
Ella es madre de Abdiel Andrés, un niño de seis años de edad que encontró tranquilidad con sesiones semanales del surf, un deporte olímpico que necesita la atención y equilibrio para mantenerse sobre una tabla ante los vaivenes de las olas.
“Fue así que las visitas a la playa se convirtieron en una costumbre, que pronto dieron fruto en sus procesos cognitivo y de habilidades motora, que de paso mejoraron su atención y le dieron quietud”, comentó la ahora presidenta de una fundación que recién acaba de cumplir un año y de obtener su personería jurídica.
“Abdiel Andrés pasó de ser un niño de bajo funcionamiento, a ser un niño que ahora sigue instrucciones, que está conectado con nosotros, con algunas actividades regulares, con su entorno. Hemos visto un cambio”. Sin embargo, Castrejón explicó que no es la solución total, es parte de ella, y advirtió que a algunos “niños les funciona más que otros, solo es una alternativa que pueden probar”.
“Como muchas madres, al recibir el diagnóstico hace cuatro años, sentía que el mundo se me venía encima, sin saber a quién acudir, ni cuál sería el próximo paso. Además, me costó entender que el autismo no es una enfermedad, sino una condición”, agregó.
Por tal motivo, dice Castrejón, sintió la necesidad de compartir esa calma que logró con las olas y el surf, convirtiéndose en la punta de lanza para crear una fundación que le diera apoyo a otros padres de niños con esta condición, en sus primeras años de vida.
“Ahora ya somos 264 desde aquel 27 agosto de 2017 que nos aventuramos a compartir e impulsar esta idea”, reveló.
Al parecer, no hay una certeza de la cantidad de niños que padecen del trastorno generalizado del desarrollo, lo que sí tiene claro, dice Castrejón, es que la cifra sigue aumentando a medida que se está dando a conocer la organización.
Paseos y exclusión
Ahora, Castrejón no va sola con su hijo a la playa, la acompaña un grupo de padres de familia que tienen hijos en la misma condición. “Ya no siento tan de lleno la discriminación y exclusión, porque sí existe en nuestra sociedad panameña, que está dando sus primeros pasos respecto a tratar a personas con alguna discapacidad”.
La presidenta de Autism Wave se sintió complacida porque se le han ido sumando agrupaciones desde el primer día y citó como ejemplo a Discovery Talents Surf, que la ayuda en logística de los eventos, los cuales se desarrollan cada mes en diferentes playas de Panamá. “Es una tarea ardua, pero la hacemos con gusto para que nuestros jóvenes disfruten”, agregó.
Autism Wave no solo es surf, también cuenta con más de 100 voluntarios (médicos, terapeutas atletas, entre otros) que dan charlas y que trabajan en la motricidad gruesa, el equilibrio, la sensorialidad, la comunicación, seguimiento de instrucciones, autoestima, manejo del tiempo de espera, entre otras, de los niños que son aceptados en esta organización.
La historia parece corta y con final feliz, pero Castrejón asegura que todos los días aparece una lucha nueva, la más reciente fue la de convertirse en una fundación para poder solicitar fondos, los cuales se convierten en campamentos donde los niños consiguen interacción social, logran cumplir retos y mejoran la independencia.
Abdiel Andrés ahora está en kínder, ya dice sus primeras palabras y sigue gozando sus visitas a la playa.
Para apoyar: Contactar a presidencia@autismwavepty.com
