La mañana era propicia, con restos de lo que queda de un agonizante verano.
Las aguas cristalinas del lago Gatún, en Gamboa, retaban a tres equipos de cayucos, que tras dos años de un receso obligatorio debido a la pandemia, realizaron un convivio con el propósito de no dejar morir un deporte que comenzaron nuestros grupos autóctonos y que luego modificaron residentes zoneítas, llevando a la creación de competencias como el Ocean to Ocean (de Océano a Océano), la más importante que se celebra en el país.
Eran aproximadamente las 8:00 a.m. y tres equipos se lanzaron a remar. El convivio lo coordinó la Embajada de Estados Unidos en Panamá, que tuvo la idea de entablar lazos de amistad con grupos indígenas emberá wounaan y gunas.
El equipo mixto Infiniti, compuesto por funcionarios de la Embajada de Estados Unidos en Panamá, además de Colin Machado, Arturo Brahms, Ericka Sánchez y Miguel Moreno, se mostraba como un duro oponente de este reto, pero los equipos Colibrí y Demar Dutu (Mar y Flor) estaban dispuestos a demostrar que como pioneros en carreras de cayucos iban a remar con mucha estamina, teniendo como testigos mudos la flora marina del lago, en la que reposaban al sol lagartos, aves y tortugas.
El equipo Colibrí estuvo conformado por chicos wounaan de la comunidad de San Antonio, la cual es visitada por muchos turistas. Los remeros fueron Humberto Membache, Mateo Membache, Bladimir Tascón y su tío Nibardo Tascón.
El equipo Demar Dutu estuvo integrado por chicas de Guna Yala quienes han sido miembros de la Selección Indígena de Panamá, que ha participado en los Juegos Ancestrales celebrados en Canadá y Brasil. Ellas son: Iramelia Lutter, Katherine López, Ivone López y Liri López.
Al final, no hubo vencedores ni vencidos, pero sí ganaron la convivencia y la interacción con el pueblo indígena, que clausuró el evento en su acogedora comunidad, en la cual los funcionarios de la embajada, invitados especiales y periodistas pudieron conocer más de la cultura wounaan, con sus danzas y artesanías y disfrutar de un rico almuerzo —tilapia con patacones— servido en unos conos fabricados con hojas de tallo.
Contacto directo
“Este evento, más que todo, es una oportunidad de compartir con la cultura, para aprender y disfrutar, pues con la cultura y el deporte siempre estamos unidos”, manifestó Elizabeth Meza, Consejera de Asuntos Públicos de la Embajada de Estados Unidos.
Añadió que al no poderse realizar el Ocean to Ocean este año, se decidió hacer esta convivencia y que el equipo de la embajada pudiera tener ritmo de competencia. “Ojala podamos repetir esto, pues una de las ventajas que tenemos en la embajada es que siempre tenemos contactos con estos grupos alrededor del país, pero creo que es la primera vez que tenemos una interacción tan maravillosa como esta“, concluyó.