Apenas unos minutos después de que Francisco Silva marcara el penal definitivo que otorgó a Chile su segunda Copa América, la Plaza de Italia de Santiago, el lugar tradicional de celebraciones, ya aglutinaba a cientos de chilenos celebrando la reñida e infartante victoria.
“Aquí desde Panamá, donde acabamos de celebrar este triunfo. Estoy tan contenta y emocionada como todos nuestros compatriotas. Agradecer a nuestra selección que no se cansa de hacer historia, una vez más nos transforma en campeones”, se apresuró a celebrar la presidenta Michelle Bachelet desde Panamá, donde se encuentra acudiendo a la ceremonia de apertura de la ampliación del Canal.
“Es una gran alegría para el país, así que una gran felicitación a la selección y al cuerpo técnico que ha permitido darle esta tremenda alegría a Chile”, indicó, para cerrar con un coloquial “Gracias chiquillos, viva Chile”.
Los chilenos se lanzaron sin dudar a las calles, que eran una auténtica fiesta y donde se escuchaban con profusión los pitidos y el famoso “Chi chi chi, le le le, viva chile” para celebrar esta ansiada victoria, después de un accidentado comienzo en la competición con sendas derrotas.
Pese a las complicaciones iniciales, Chile logró imponerse en una final, que se repitió la historia: de nuevo ante Argentina y de nuevo por penales, como en el torneo anterior.
Los festejos en Chile se reprodujeron por todo el país, alentados por un lunes feriado.
