Tras el terremoto del efímero proyecto de una Superliga europea que amenazaba a la actual Liga de Campeones, la UEFA se reúne el viernes para analizar cómo actuar tras la crisis, pero también para decidir sobre un asunto urgente: la confirmación de las ciudades-sedes de la Eurocopa.
En tres días frenéticos, de lunes a miércoles, el fútbol europeo vivió una sucesión de acontecimientos, comunicados y maniobras. El pistoletazo de salida fue el anuncio de la creación de esa Superliga europea, en forma de un torneo casi cerrado, por parte de doce grandes clubes europeos.
La UEFA amenazó con represalias y ahora que el proyecto se desmoronó, después de una cascada de renuncias a esa Superliga tras el rechazo deportivo, social y político, llega la hora de ver qué ocurre con esos doce clubes disidentes que abrieron la crisis.
El danés Jesper Moller, miembro del Comité Ejecutivo de la UEFA, reclamó que se aborde la cuestión de la exclusión de Manchester City, Chelsea y Real Madrid, tres de los doce “rebeldes”, de las semifinales de la actual Liga de Campeones.


