El fútbol le ha dado una nueva oportunidad a Argentina.
La Albiceleste, que de milagro llegó a Rusia, necesita de otra obra divina para alcanzar los octavos de final de la Copa Mundial. Para clasificar a la ronda siguiente, debe vencer a Nigeria y esperar el triunfo o el empate de Croacia ante Islandia.
“El que juegue mañana tendrá la obligación de dejar hasta la última gota de transpiración para que Argentina pase a la siguiente fase”, advirtió ayer el técnico Jorge Sampaoli durante una conferencia de prensa.
Sampaoli evitó las confrontaciones directas con la prensa, y se negó a responder especulaciones y, al menos tácitamente consideró desproporcionadas las críticas que se le han hecho.
La selección empató 1-1 con la debutante Islandia y cayó derrotada 3-0 con Croacia, resultados que ponen en duda la supervivencia mundialista. Tras este último marcador, trascendió que los futbolistas pidieron la cabeza del entrenador por sus reiterados cambios de esquema.
“No es sencillo instalarme en ese lugar virtual”, dijo Sampaoli en referencia a las versiones de las redes sociales. “Prefiero tener la mente para atender el mundo real. En el mundo virtual... perder un partido de fútbol te hace un perdedor, no es solo perder un partido en la realidad virtual. Te hacen sentir como delincuente en el mundo virtual y solo perdiste un partido”.
“Dialogo mucho con el plantel y con los jugadores individualmente. Pero todo lo charlado [fue] en una reunión privada. Es privado lo que charlo con mis jugadores”, enfatizó el entrenador, quien confió en que el partido contra Nigeria le deparará “una nueva historia” a su equipo en Rusia.
Pero nada será posible para Argentina si su capitán Messi no levanta cabeza. El astro ha mostrado su peor versión en Rusia Es la única de las grandes estrellas del fútbol sin goles en el torneo.
Nigeria podría ser una buena oportunidad para que despierte Messi. Al mismo rival le anotó su último gol en un Mundial, de tiro libre, en Brasil 2014. Lleva 675 minutos sin convertir.
Despedirse de Rusia en primera ronda y sin anotar un gol sería una humillación mayúscula para Messi.
El astro del Barcelona disputó ya cuatro finales para su país y no ganó ninguna. Él mismo se ha tomado este Mundial como la última bala con 31 años recién cumplidos. ¿El partido en San Petersburgo marcará su adiós del seleccionado?