29% de la deuda pública vence en cuatro años



El Gobierno de Panamá va a seguir siendo un asiduo protagonista en los mercados de capitales en los próximos años.

Solamente entre lo que resta de 2020 y 2024, el país debe hacer frente al pago de deuda por un total de $9,756.42 millones, cifra que equivale a un 29.1% del saldo total de la deuda al mes de julio.

La información se refiere a los compromisos del sector público no financiero, y por lo tanto no contempla los bancos estatales ni compañías públicas como la Empresa Nacional de Autopistas, la Empresa de Transmisión Eléctrica y el Aeropuerto Internacional de Tocumen, entre otras, que tienen sus propios compromisos y sus fuentes de ingresos.

El próximo año, por ejemplo, el Gobierno debe hacer frente al vencimiento del denominado Bono Samurái, emitido en 2011 por el equivalente en yenes a $500 millones, en lo que fue la primera incursión de Panamá en el mercado japonés.

También el próximo año vence una emisión de deuda efectuada en el mercado local en 2014 con un saldo de $665.2 millones, según la información que figura en el portal web de la Dirección de Financiamiento Público del Ministerio de Economía y Finanzas.

En 2024, año de transición gubernamental, están previstos vencimientos por $3,626 millones. Ese año vencen un Bono del Tesoro con un saldo de $1,496 millones y un Bono Global con un saldo de $1,250 millones, entre otros instrumentos.

Habitualmente, todos los países que enfrentan un vencimiento de la deuda acuden al mercado de capitales a refinanciarse y tratan de obtener mejores condiciones en forma de mayores plazos y tasas más bajas.

No obstante, aunque se refinancien, estos compromisos forman parte del servicio de la deuda y deben registrarse, junto al monto que se paga en intereses y comisiones, en el presupuesto de cada año.

Consultado sobre la estrategia que se tiene para cubrir estos vencimientos, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) señaló que le da seguimiento al mercado de manera constante para minimizar el riesgo de refinanciamiento y el riesgo de mercado, entendido como la exposición a tasas y monedas. Con el afán de minimizar riesgos “la estrategia de endeudamiento de la República se enmarca en diversificar las fuentes de financiamiento entre préstamos de multilaterales, banca comercial y emisiones en los mercados de capitales”.

Además, el MEF contempla operaciones de manejo de pasivos a fin de atenuar el perfil de vencimientos de los próximos años.

“En la coyuntura de mercado actual, donde las tasas se encuentran en niveles históricamente bajos, la República de Panamá puede refinanciar deuda a tasas mucho más bajas que en el pasado. Actualmente, el costo promedio ponderado de la deuda ha bajado a 4.36%, debido a que alrededor de 18% de la deuda está contratada a tasas variables”, dijo a este diario la entidad que rige las finanzas públicas.

En ese sentido, el financista Álvaro Naranjo apuntó que no se prevé un aumento de tasas a corto plazo por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). Por lo tanto, “sería propicio para aprovechar las tasas bajas y refinanciar los vencimientos de bonos que vienen en los próximos años. Hay apetito, las tasas están bajas, hay liquidez y dada la coyuntura económica global y de Panamá es necesario extender los vencimientos próximos”, apuntó Naranjo.

Panamá ha hecho gala del grado de inversión que ostenta desde 2010, de ser considerado uno de los emisores más seguros de América Latina y del hecho de emitir deuda en dólares para salir al mercado a captar fondos y obtener buenas condiciones.

La emisión grande más reciente se produjo en medio de la pandemia, el pasado mes de marzo, cuando se colocó un bono global por $2,500 millones a una tasa de 4.5%.

En los próximos años, si la tendencia del mercado varía o si Panamá pierde algún escalón en su calificación de riesgo (dos agencias tienen la perspectiva de la calificación en negativa), las condiciones para refinanciar la deuda podrían ser menos favorables e implicar el pago de más intereses.

No obstante, para el economista Olmedo Estrada, en este periodo de pandemia, las calificadoras están revisando el comportamiento de las finanzas de los países, pero son conscientes de que han tenido que salir a buscar financiamiento para hacer frente a la crisis, así que “más que castigar a los gobiernos, las calificadoras lo están manejando de una manera condescendiente”.

El financista Manuel Brea coincidió en que actualmente la coyuntura para salir a buscar fondos es favorable tanto en el mercado internacional como en el local. A mediano plazo, Brea señala que las condiciones dependerán de la reactivación económica del país tras la pandemia, del manejo de las finanzas públicas y de las condiciones financieras internacionales, porque, dijo, podría producirse un incremento en el exceso de oferta monetaria, lo que se traduciría en mayores ajuste a la baja de las tasas.

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