Las proyecciones indican que el producto interno bruto (PIB) de Panamá podría crecer 5% en 2024, si se deciden hacer inversiones, entre ellas, en proyectos de la transición energética.
La transición incluye el cierre progresivo de las centrales de generación de energía de carbón y el desarrollo de energías limpias, pero también el cambio de todo el sistema que depende de combustibles fósiles, entre ellos, el sector transporte.
Esto representará grandes inversiones en millones de dólares en toda la infraestructura, que hasta 2024 se estiman en más de $4 mil millones.
Se prevé que el 62% de los empleos que se logren crear en los próximos dos años, como parte de la transición, serían en el sector de servicios (venta, diseño, instalación, ferreterías, finanzas, distribución de materiales); 25%, en la industria; 2.8%, en generación eléctrica; y 9.2%, en infraestructura para vehículos eléctricos.
Aunque los vehículos eléctricos tienen menos componentes en comparación con los automóviles de combustión, su operación requerirá de una gran infraestructura a nivel nacional que incluye los cargadores eléctricos en sitios públicos y privados, las baterías de almacenamiento y otras actividades vinculadas .
“Panamá arrancó el 2021 con menos de 30 cargadores de vehículos eléctricos a nivel nacional pero cerró el año con más de 90 cargadores y este 2022 se prevé alcanzar más de 300 cargadores de vehículos eléctricos”, afirmó ayer el secretario de Energía, Jorge Rivera Staff, durante su participación en Cade Colón y Región Oriental.
En 2021 también hubo una mayor venta de vehículos eléctricos que representó más de la suma de las ventas de todos los años anteriores desde 2015, cuando ingresó el primer vehículo eléctrico a Panamá. Pese a este crecimiento, hoy son menos de 200 autos, entre eléctricos e híbridos, de un parque de 1.2 millón de automóviles que consumen gasolina y diésel.
Regulación
La implementación de estos cambios requiere de una revisión de la regulación del sector eléctrico. El secretario de energía dijo que se trabaja en ver los cambios que se necesitan para darle la viabilidad y potenciar la transición energética.
A nivel de legislación ya se aprobó la Ley No.162, que incentiva la movilidad eléctrica en el transporte terrestre en Panamá. Se establecen etapas para ir incorporando buses eléctricos al sistema público de pasajeros, renovar la flota vehicular del Estado y los automóviles en general.
El diputado proponente, Edison Broce, que también participó en el Cade Colón, manifestó que ésta es una de las legislaciones más importante de la última década porque responde a las necesidades que tiene el planeta. Indicó que se le puede dar un giro al uso de combustibles fósiles en Panamá con la transición energética, ya que cada año se destinan cerca de $6 mil millones a la compra de refinados de petróleo, de los cuales el 65% es para el sector transporte.
“Qué pasaría si en la compra de ese combustible, en una proyección a 10 años se pueden hacer los ajustes para que esa transición energética sea hacia la electrificación. Se estarían generando miles de millones de dólares que se quedarían en Panamá”, reflexionó Broce.
La legislación contempla algunos beneficios como el descuento del impuesto de importación de vehículos eléctricos y la placa verde, que exonera el pago del impuesto municipal por cinco años.