El miércoles por la noche, el Congreso brasileño votó a favor de abrir sus yacimientos presal a los inversores extranjeros eliminando la obligación legal de Petróleo Brasileiro, S.A., de ser el único operador en la zona.
La legislación fue aprobada con 292 votos a favor y 101 en contra, después de un áspero debate en el que los oponentes, varios vestidos con los mamelucos de color naranja de la empresa petrolera estatal, intentaron en distintas ocasiones retrasar los procedimientos.
La próxima semana, se debatirán diversas modificaciones a la legislación antes de que el presidente Michel Temer firme para convertirla en ley.
En lo que sería una importante modificación de las normas del sector petrolero marítimo de Brasil, otras empresas fuera de Petrobras ahora podrán operar los bloques que corresponden a los mayores yacimientos de aguas profundas descubiertos este siglo.
Hasta ahora, el productor estatal de petróleo fuertemente endeudado estaba legalmente obligado a operar todos los campos presal con una participación mínima del 30%.
“El cambio dará lugar a nuevas inversiones”, dijeron en un informe de investigación los analistas de Itaú Unibanco Holding, S.A., Diego Mendes y André Hachem.
La modificación ha “estado a la vanguardia de las demandas que ha hecho el Gobierno al sector, ya que proporciona a las empresas, tanto locales como extranjeras, una mayor flexibilidad para participar en futuras subastas presal como operadores”.
La legislación para abrir el área a los inversores extranjeros comenzó durante el gobierno de Dilma Rousseff, pero varias personas dentro del izquierdista Partido de los Trabajadores mostraron una gran hostilidad hacia la idea.
La votación del martes, respaldada por el liderazgo de Petrobras, marca el cambio más favorable para los inversores en materia de normas desde la ley de petróleo de 1997 que puso fin al monopolio de la compañía estatal en Brasil.
“Es un indicio sumamente importante de que el Gobierno está en control de este proceso que busca abrir el sector”, dijo Milton Costa, secretario general para el Instituto Brasileño del Petróleo, o IBP, un grupo de presión del sector petrolero.
“No hay forma en la que Petrobras pueda manejar todos los requisitos presal por sí mismo”.