Las acciones de los bancos de la zona euro cayeron el jueves a mínimos de cerca de cuatro años, debido al temor a que una eventual salida de Reino Unido de la Unión Europea empeore sus ya débiles perspectivas.
El fuerte declive deja en evidencia los problemas que podrían afrontar los prestamistas europeos si Reino Unido decide abandonar la UE la próxima semana, una decisión que según advirtió el Banco de Inglaterra perjudicaría no solo a la economía británica, sino también a los mercados globales.
Los bancos europeos quedaron de nuevo en el foco de la preocupación de los inversores, ya que aún cargan con miles de millones de euros en préstamos que podrían no devolverse jamás porque la actividad económica en la región permanece floja y el desempleo es elevado.
El panorama económico y político global es sombrío, dijo Chirantan Barua, un analista de Bernstein. El brexit está avivando la incertidumbre y tendrá un efecto de dominó en Europa.
Ante tanta incertidumbre, ¿por qué comprar ahora acciones de un banco?, cuestionó. Un índice regional de bancos de la zona del euro cayó a su nivel más bajo desde agosto de 2012, mientras que las acciones de prestamista alemán Deutsche Bank cedieron a un mínimo histórico.
Un índice más amplio de las empresas del sector financiero de Europa también cayó y extendió sus pérdidas a un 27% en lo que va del año, convirtiéndose en el sector de peor desempeño de la región.
Pero los problemas que afrontan los bancos de Europa van mucho más allá de un brexit. Resulta extremadamente difícil, por ejemplo, reavivar el crédito en la zona euro porque la confianza se ha hundido a niveles muy bajos y la morosidad relacionada con préstamos del pasado es elevada.
A principios de esta semana, Yves Mersch, uno de los altos funcionarios del Banco Central Europeo, resumió los problemas del sector después de la crisis financiera: “Todos queremos estabilidad, pero no hay que desear la estabilidad del cementerio”.

