América Latina (AL) presenta asimetrías tanto en la producción de alimentos como en sus niveles de sub y malnutrición.
Este contexto se da principalmente en países con balanzas alimentarias deficitarias y en zonas donde los indicadores de pobreza son acentuados. Paradójicamente, el potencial que ofrece AL para la producción acuícola es el mayor a escala global. En este contexto, Centroamérica cuenta con condiciones ambientales y socioeconómicas idóneas para el desarrollo acuícola.
La presencia de diversos ecosistemas marino costeros en los litorales pacífico y atlántico; vastas cuencas hidrográficas; una amplia diversidad de recursos hidrobiológicos y una diversidad climática que puede dar cabida a un considerable espectro de especies, representan, en conjunto, un importante capital natural que, de desarrollarse de forma socialmente responsable y ambientalmente sostenible, puede contribuir a alcanzar las metas de erradicación del hambre. La tasa de crecimiento de la acuicultura en AL ha mantenido uno de los ritmos más elevados a escala global (más del 9% anual promedio en las dos últimas décadas), superando el crecimiento de cualquier otro sector primario productor de alimentos.
Más allá de la importancia de la acuicultura para la exportación y su impulso a las economías, la actividad debe también ser parte de las acciones promovidas para incrementar la disponibilidad y el acceso de alimentos de alta calidad nutricional, en las políticas nacionales para la erradicación del hambre y la malnutrición en las poblaciones más vulnerables. Es indispensable promover y facilitar la expansión acuícola, para enfrentar los desafíos que representa producir más alimentos de calidad en la región.