Advierten sobre esquema de inversión

Advierten sobre esquema de inversión


“Asóciate a un negocio rentable, sólido, que te ofrece un eficiente retorno de tu capital”, se promociona en redes sociales y avisos comerciales Mi Busito Panamá. La empresa promete que con una inversión de $10 mil cada cliente puede recibir $850 al mes. Significa, entonces, recuperar en un año el dinero inicial y de allí en adelante todo es ganancia.

La compañía, con base en Panamá, irrumpió en el inestable mercado venezolano, como una especie de Rey Midas. Impuso su marca en el país sudamericano y ofertó interesantes planes de negocios en un país en el que se ha vuelto una necesidad básica sacar los dólares para invertir en puerto seguro.

Campañas radiales y avisos publicitarios dan cuenta de los planes de la compañía en el istmo. Y en la página web del grupo comercial, los planes de inversión se ven atractivos. Los aportes que pueden dar los clientes van desde $5 mil hasta $100 mil. En dos años, el inversionista que se decante por una de estas cuotas puede recibir entre $8 mil 400 y $240 mil, respectivamente. Sentado desde la comodidad de su casa.

¿Cómo se logra? Según la información de Mi Busito Panamá, la inversión de los clientes es utilizada como un aporte para la compra de un busito turístico.

Una vez el equipo rodante es puesto en operación, hay tanta demanda de pasajeros en Panamá que la empresa generará suficientes ingresos para pagar su operación y retornar hasta un 140% de lo aportado por los inversionistas.

“Esta empresa ha manejado sumas altas de dólares según contrato de cada inversionista, que van desde $5 mil hasta $250 mil”, indican en el perfil corporativo de su página.

Enfatizan lo siguiente: “Somos una empresa seria, legalmente constituida en Panamá y con una amplia trayectoria en administración turística. Constantemente estudiamos a fondo el mercado para ofrecerle la mejor alternativa de negocio y mantenerlo informado. Nos encargamos de todo el proceso de compra y adecuación del vehículo, también seleccionamos al chofer con un estudio minucioso de su perfil. Además, entendemos que el busito es el respaldo de su aporte, por lo que le damos el valor que merece con una supervisión estricta de uso y realizando los mantenimientos preventivos y correctivos a tiempo...”.

Con esta información y con la facilidad de hacer abonos, un grupo de inversionistas venezolanos afirma haber entregado sus ahorros en medio de una escasez que los agobia, un clima de inseguridad y niveles de inflación inimaginables en su país. Algunos, los primeros en invertir, recibieron las ganancias mensuales prometidas; otros, los que se asociaron a la empresa a inicios de este año, no han recibido ni un dólar.

A la Embajada de Panamá en Venezuela llegó la queja. Son decenas de inversionistas en pie de alerta por la poca comunicación con la compañía y la falta de información respecto a lo que pasa. Creen que la empresa no tiene intenciones de honrar los pagos.

La preocupación ha sido compartida con el embajador Miguel Mejía, quien ha referido los datos del caso a la Cancillería panameña.

Mejía dijo a este diario que este tipo de situaciones afectan la imagen y el clima de negocios de Panamá. Por el momento ha recibido a un grupo que representa a más de 100 aquejados.

De acuerdo con los clientes, la compañía manifiesta no poder cumplir con sus compromisos, alegando bloqueo de cuentas bancarias, sin emitir soporte físico o información formal.

“La empresa Mi Busito Panamá, S.A. se niega a emitir información formal por escrito de la situación actual de la compañía. No contestan llamadas telefónicas ni correos. Nosotros desde Venezuela nos sentimos estafados, burlados”, dijo una de las afectadas.

Explica que en los meses de marzo y abril del presente año comunicaron un cronograma de pago, que hasta la fecha no se ha cumplido.

Agregan que tras varias visitas al país no han podido encontrar evidencia de la presencia de buses en Panamá, que son la base del negocio que se promociona en Venezuela.

Para operar transporte turístico la reglamentación de tránsito panameña establece que es la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP) la entidad encargada de emitir un certificación que valide el servicio.

Desde la ATP informaron que la empresa Mi Busito Panamá no está inscrita en sus registros. Tampoco tiene alguna solicitud en trámite para dar el servicio que promociona.

La empresa, creada en 2007, canceló recientemente su aviso de operación, según el Ministerio de Comercio e Industrias.

Desde sus oficinas, ubicadas en el corazón de Punta Pacífica, han manifestado que se encuentran en medio de un proceso de reestructuración. Hasta el cierre de esta edición no habían contestado un amplio cuestionario respecto al estatus de los inversionistas afectados, su modelo de negocio y los planes futuros.

Su actividad, de acuerdo con los registros legales, es la de administración y alquiler de minibuses, aunque también realizan inversiones.

Desde 2015, la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV) advirtió que la empresa Mi Busito Panamá no es ni ha sido titular de alguna licencia expedida por la entidad reguladora, por lo que no cuenta con autorización para llevar a cabo negocios de intermediación, administración de planes de inversión o asesoría financiera dentro del marco de la Ley de Valores.

Los afectados intentan llegar a Panamá esta semana para hablar con Miko Bartolotti, cara visible del negocio. El propósito es encontrar un mecanismo que les ayude a recuperar el dinero, pero presumen que se trata de un negocio cuya estructura permite que los primeros en invertir sean los que recuperen los fondos, dijo una de las inversionistas.

El contrato de cuentas en participación

OPINIÓN. Los contratos asociativos son una categoría de relaciones jurídicas por medio de las cuales, las partes contratantes buscan alcanzar un fin común disminuyendo los riesgos y las posibles pérdidas. Este tipo de contratos está regulado en Panamá por el Código de Comercio.

La asociación accidental, o joint venture es una forma comercial que surgió en los negocios marítimos europeos, por medio del cual el dueño de un barco, podía buscar varios inversionistas que le financiaran el viaje y la carga, que podía ser especias exóticas, telas, joyas y minerales preciosos o esclavos. Si el viaje salía mal o naufragaba el barco, no había mayores pérdidas para el dueño, ya que había repartido el riesgo entre varias personas.

Este tipo de contratos son una alternativa a los préstamos, porque el dueño del proyecto no tiene que hipotecar su propiedad o garantizar el repago. También son una opción frente a las emisiones de acciones, que obligarían a diluir la propiedad de la empresa o incluso podrían causar la pérdida de control sobre la compañía que haya emitido las acciones.

Aunque el contrato de asociación accidental o de cuentas en participación son legales en Panamá, los mismos requieren de participantes sofisticados y capaces de enfrentar los riesgos del proyecto que se persigue. Al existir cláusulas arbitrales, esto limita en gran medida la vía de reclamación civil o mercantil para recuperar el dinero invertido. El otro camino restante, pudiera ser el de la justicia penal, pero para esto se necesitan múltiples pruebas y un proceso judicial usualmente largo y costoso, incluso con el sistema penal acusatorio.

Esta es una herramienta del mundo de los negocios que implica un alto riesgo a cambio de una oportunidad de obtener ganancias. No es el tipo de negocio en el que debe participar un pequeño ahorrista o una persona natural sin experiencia.

 

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