Albrook, sin planta de tratamiento

Albrook, sin planta de tratamiento


Anualmente, más de 350 mil personas utilizan el Aeropuerto Marcos A. Gelabert de Albrook para dirigirse a destinos locales o para abordar alguno de los vuelos internacionales hacia Costa Rica o Colombia.

Y pese a ser la segunda terminal aérea más importante del país, después de Tocumen, Albrook no cuenta con un sistema de tratamiento de aguas servidas. Todo el material es vertido en uno de los afluentes del río Curundú, que a pocos kilómetros de la terminal aérea desemboca en la rivera del Canal de Panamá.

La falta del sistema de tratamiento se remonta al año 2010, cuando la Autoridad de Aeronáutica Civil (AAC) adjudicó a la compañía colombiana Procomon & Asociados la remodelación y ampliación de dicho aeropuerto.

Además de mejorar la estética del edificio, el contratista debía cambiar el sistema de acondicionador de aire, puertas, ventanas, canales pluviales, y modernizar el sistema sanitario a través de una planta de tratamiento, entre otros cambios.

No obstante, los planes no resultaron como se esperaba, y aunque los trabajos debieron tomar 11 meses, han pasado 7 años y todavía hay obras inconclusas.

Aunque la compañía fue beneficiada con dos adendas de tiempo, no logró corregir las fallas advertidas por la institución, lo que terminó con la anulación del contrato en enero de 2013.

La AAC alegó que la compañía no cumplió con los requisitos de calidad exigidos en el contrato firmado entre ambas partes por 3.1 millones de dólares.

En su defensa, la firma colombiana indicó que la institución había realizado cambios que no estaban incluidos en el pliego de condiciones, además de que las obras habían sido recibidas a satisfacción por personal de aeronáutica.

Ingenieros de la AAC determinaron que el sistema de tratamiento de aguas residuales y las tuberías no tenían el declive necesario para que el material llegara por gravedad hasta el sistema de purificación.

Previo a los trabajos realizados por Procomon, Albrook operaba con un tanque séptico, pero el mismo se clausuró para construir la planta de tratamiento.

“No hemos podido probar si la planta funciona a toda su capacidad, porque el material no llega hasta las bombas de procesamiento”, explicó Adiccia Escribano, la ingeniera de la AAC a cargo de supervisar que se hagan los correctivos al proyecto.

Después de la anulación del contrato, la compañía acudió ante el Tribunal Administrativo de Contrataciones Públicas, que después de escuchar el alegato de los involucrados, confirmó a mediados de 2013 la decisión de la AAC.

Inspecciones realizadas a solicitud del tribunal comprobaron que existen fallas, especialmente en el sistema de enfriamiento, el techo hecho de gypsum, ventanas que presentaban daños por la soldadura, entre otros.

“Cuando llegamos a la institución encontramos que había cosas mal hechas y otras que no se habían realizado, pese a estar en el contrato”, indicó Alfredo Fonseca Mora, director de la AAC.

Con Procomon fuera del contrato, la institución entró a negociar con la aseguradora Ancón, que respaldó la fianza del proyecto.

La mala calidad de los trabajos quedó en evidencia cuando en octubre de 2015 se desprendió el techo de gypsum instalado en la entrada del aeropuerto.

Tras meses de negociación, fue hasta inicios de 2016 que se firmó la subrogación del contrato, con lo que la aseguradora se comprometió a terminar el proyecto.

La aseguradora contrató a dos compañías para terminar la remodelación de la terminal aérea. En el tema del sistema de enfriamiento se buscó a la compañía Rino, mientras que la firma Polo verá el tema de tratamiento de agua.

Ancón ha solicitado un plazo de 90 días para culminar el proyecto, y se espera que todo esté funcionando para finales de año.

En las próximas dos semanas deben terminar las pruebas del sistema de enfriamiento para verificar que no existan filtraciones por el cambio de las tuberías que no habían sido reemplazadas por el contratista.

Aunque el pliego establecía que debían colocarse tuberías de hierro, en inspecciones posteriores se comprobó que se utilizó PVC.

La ingeniera por parte de la AAC de supervisar la obra señala que de no encontrarse filtraciones en los próximos días, la compañía comenzará a sellar los segmentos del techo que están abiertos.

“El sistema está trabajando a la mitad de su potencia, porque hay que revisar que todos los componentes funcionen bien, pero una vez termine este proceso, se regulará la temperatura interna”, explicó.

La falta de aire acondicionado era una de las principales quejas de los usuarios de la terminal, la mayoría turistas que llegan a Albrook para viajar a Bocas del Toro o las islas de San Blas.

En cuanto al tema del sistema de tratamiento, la aseguradora debe presentar una propuesta para poner en marcha la planta de purificación. Extraoficialmente, se maneja la posibilidad de instalar una planta de bombeo para impulsar el material hasta la planta. La decisión final se conocerá a inicios de septiembre.

AUDITORÍA

De los 3.1 millones de dólares del valor del contrato quedan por pagar 400 mil dólares.

El director de AAC señala que no entiende cómo se canceló más del 90% del contrato, por lo cual, actualmente se realiza una auditoría interna, y de encontrarse alguna irregularidad será enviada a las instancias correspondientes, agregó.

“Nosotros no vamos a desembolsar nada hasta que se terminen las mejoras”, comentó.

Adicional a las mejoras contempladas en el contrato de 2010, actualmente se está licitando el cambio de la cerca perimetral de Albrook, y se han ampliado las calles de rodaje y estaciones de espera para las aeronaves.

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