Algas del caribe panameño, con sello de exportación

Algas del caribe panameño, con sello de exportación


Una producción artesanal de algas marinas, en la entrada del Canal de Panamá por el mar Caribe se cotiza en el mercado europeo.

Su alto contenido en carragenina y agar-agar las hace apetecibles para la industria de alimentos, farmacéutica, cosmética y la biomedicina porque funcionan como estabilizante y texturizante.

En una extensión de tres hectáreas, en Largo Remo, cerca de bahía Las Minas, en la provincia de Colón, se encuentran los cultivos ecosostenibles de dos tipos de algas: la eucheuma y la gracilaria.

Las jaulas marinas están ubicadas entre tres y cinco kilómetros de la costa en una concesión de uso de fondo de mar y cultivo de especies de 25 hectáreas, pero hasta el momento están en producción para la exportación tres hectáreas, manifestó Gloria Batista de Vega, socia fundadora de la empresa Gracilarias de Panamá.

Las semillas de las algas marinas son reproducidas bajo la técnica de cultivo in vitro en laboratorio. “El objetivo de trabajarlas en laboratorio es reforzar la calidad de las semillas para que la materia prima que se extraiga del mar sea de mejor calidad para el uso de la industria alimenticia, médica y de energía renovable”, comenta la científica panameña, que ha trabajado en la investigación del cultivo de algas marinas desde finales de la década de 1970.

Diversidad de especies

2 kilogramos es el peso de las algas cuando son cosechadas para la exportación. En 2018 Gracilarias de Panamá firmó un acuerdo con el Institute of Oceanology, Chinese Academy of Sciences de Qingdao (Iocas) para ampliar y promover la cooperación internacional en biología y ciencias marinas.



Cuando las algas alcanzan un tamaño de tres milímetros son trasladadas a unos tanques con agua de mar para climatizarlas. En los tanques permanecen por lo menos 20 días y luego son transplantadas en el mar con un peso de 100 gramos, dice Batista de Vega.

“El ecosistema marino es su principal activo, y las plantas que son colocadas en cuerdas sujetadas por boyas, no requieren la aplicación de químicos”.

Las algas para exportación se cosechan a los 60 días de transplantadas y deben alcanzar un peso de dos kilogramos. La cosecha se realiza de manera manual y aunque la producción no se da en grandes volúmenes, nos aseguramos que es un producto de calidad. Con muy poca materia prima se pueden lograr grandes cosas, asegura Amanda Burgueño, representante legal de Gracilarias de Panamá.

La producción de Gracilarias de Panamá se envía al Reino Unido en pacas de 60 kilogramos y 80 kilogramos. Para obtener 60 kilogramos de algas deshidratadas se pierde el 20% de la materia prima luego de ser colocada en bandejas durante dos días después de la cosecha, explican los socios de la empresa panameña.

En el mercado internacional la tonelada métrica de algas deshidratadas oscila entre 900 dólares y 1,500 dólares.

Gracilarias de Panamá por año exporta un contenedor y medio de algas deshidratadas hacia Europa (Reino Unido y Alemania).

“Aunque todavía la producción es baja, el proyecto tiene una gran expectativa. La producción de ahora es tipo ‘boutique . Nuestra meta es ir de poquito a mayor”, reconocen los propietarios de Gracilarias de Panamá.

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