La Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP) ordenó ayer la liquidación forzosa del banco de capital venezolano AllBank.
El director y presidente de la junta directiva del banco es el empresario venezolano Víctor Vargas y en su junta directiva también figura Luis Alfonso de Borbón Martínez Bordiu, bisnieto del que fuera dictador español Francisco Franco y esposo de la hija del banquero venezolano.
El regulador había tomado control administrativo y operativo del banco el pasado 9 de septiembre.
Luego de una evaluación del administrador interino y de la propia Superintendencia “se demuestra que, debido a la situación financiera, operacional y de gobierno corporativo de Allbank, Corp., no procede reorganizarlo o intentar su venta a otro banco”.
El regulador panameño señaló ayer que “la incertidumbre sobre la posibilidad de realizar los activos líquidos y portafolio de inversiones en valores colocados y custodiados en instituciones de su grupo bancario hacen inviable el banco como negocio en marcha, dado lo débil y frágil de su real liquidez y solvencia”.
Balance de situación
Además, asegura que Allbank no presentó una solución efectiva a corto plazo ni propuestas financieras adecuadas, sobre la disponibilidad real de los fondos y títulos valores del banco que mantiene en las entidades relacionadas.
“Las reiteradas evasivas, plazos y condiciones inviables demostraron el riesgo de la operación del banco y su insostenibilidad debido a su agotado modelo de negocios”.
Mientras avanza el proceso de liquidación, se mantendrán suspendidas todas las operaciones bancarias de AllBank.
Partes relacionadas
AllBank pertenece al Grupo Financiero BOD, un conglomerado que lidera el empresario venezolano Víctor Vargas. La intervención del banco en Panamá se produjo después de que Banco del Orinoco, N. V., que pertenece al mismo grupo, fuera intervenido por el regulador de Curazao.
En esa entidad caribeña está colocada una cuarta parte de los activos líquidos de AllBank y además presta servicios de custodia de una tercera parte de las inversiones en valores que forman parte de los activos productivos de Allbank, explicó el regulador en una nota del 9 de septiembre.
“Ello resulta en que el Banco Orinoco N.V no puede seguir prestando sus servicios regulares, no podrá ofrecer nuevos servicios ni captar clientes y no podrá ser obligado a cumplir con sus deudas, por lo que por el momento serán congelados todos sus activos”.
El regulador panameño señala en la resolución emitida ayer que el Banco Central de Curazao había revocado la licencia bancaria de Banco del Orinoco y había solicitado al tribunal una medida de emergencia, “a lo que accedió el Tribunal el 5 de septiembre, pues, según se indica, el banco había utilizado documentos falsos para corroborar su posición financiera....El Banco Central pudo constatar que la posición financiera de BDO era deplorable, el supuesto patrimonio que presentaba al regulador y a los auditores parecía ser inexistente”.
Los administradores interinos de AllBank en Panamá solicitaron al resto de bancos del Grupo Finaciero BOD la información sobre los fondos que pertenecían al banco panameño y su repatriación.
El regulador relata en la resolución emitida ayer que uno de esos bancos, BOI Bank en Antigua y Bermuda, respondió que el administrador interino no podría disponer de los bienes del banco, respuesta que es interpretada por los administradores de AllBank como “una opinión sin fundamento para negar los fondos a sus legítimos derechohabientes”.
Clientes, en riesgo
AllBank inició operaciones en Panamá en 2012, con un modelo de negocio basado en la colocación de préstamos locales y extranjeros y captando fondos de clientes procedentes de Venezuela y Panamá.
El banco se enfocó en préstamos interinos a la construcción, segmento comercial y en financiamientos en la Zona Libre de Colón (ZLC).
Precisamente, un grupo de empresarios del enclave colonense habían manifestado su preocupación a la Superintendencia de Bancos por la indefensión ante la intervención del banco.
Los empresarios advirtieron del riesgo operativo que corrían sus empresas, ya que era AllBank el único banco que permitía relaciones con Cuba y habían depositado en esa entidad su capital de trabajo, unos fondos a los que ahora no pueden tener acceso por la intervención y el proceso de liquidación forzosa del banco.
El banco responde
En un comunicado remitido ayer, el banco advirtió de que la decisión de la Superintendencia causa un daño patrimonial a los ahorristas y accionistas, “quienes activarán todos los recursos legales para revertir este acto”.
El banco advierte de que las medidas del regulador panameño vulneran su derecho a la defensa e impiden a los depositantes y ahorristas disponer de sus haberes.