El vertiginoso crecimiento inmobiliario de Panamá sin una adecuada planificación tiene un costo, una ciudad menos amable y con problemas de movilidad, advirtió el arquitecto Álvaro Uribe, orador del Café con La Prensa titulado “El nuevo giro del sector inmobiliario”.
Uribe expresó ayer que las barriadas construidas en la ciudad de Panamá en los últimos años adolece de conectividad, no son amigables con el medio ambiente y generan un problema de urbanismo que debe remediarse cuanto antes. “Tenemos una ciudad céntrica y desperdigada, un centro que captura 70% del empleo y que atrae toda la inversión inmobiliaria y que ahora ese crecimiento rompe la escala de la ciudad”.
Indicó que la transformación de la ciudad requiere un poco de cuidado y más planificación, donde haya un equilibrio entre el desarrollo urbano y los espacios públicos. “No se puede seguir construyendo de forma discriminada”, insistió.
Precisó que el modelo que se ha usado para urbanizar Panamá es muy complicado y no ha ayudado. Hay barriadas cerradas, aisladas, donde no hay una racionalidad en el diseño, y quienes las habitan deben depender del auto porque no hay acceso al transporte colectivo. “Se requieren barrios conectados y abiertos, que es lo más efectivo”, dijo.
Uribe sostiene que el reordenamiento urbano de ciudad de Panamá “es urgente e impostergable”.
Precisa que actualmente hay una oportunidad de oro para repensar y refundar la ciudad. “Mágicamente convergen la actualización del Plan Metropolitano, que tiene que ver con toda la región entre la ciudad de Panamá y Colón, y el plan distrital de Panamá, que permitirá un reordenamiento del uso de suelo. A esto se suma el inicio de las operaciones de la línea 2 del Metro, que tiene un plan maestro a largo plazo”.
Uribe es optimista de que se cambie el rostro urbano a Panamá y que se puedan planificar con otra visión los futuros proyectos inmobiliarios. “Panamá tiene un potencial enorme para trazar la ciudad del futuro, más conectada”, afirmó.
