No ha pasado una semana desde que entró en vigencia el nuevo ajuste del salario mínimo de 6.5% y 4.5% para los trabajadores de las grandes y pequeñas empresas, respectivamente, y ya surgen las primeras alzas en los productos y alimentos.
En algunas cadenas de comida rápida el incremento promedio registrado en los últimos días ha sido de entre $0.5 y $0.25 en los precios de los productos.
Por ejemplo, una clásica hamburguesa que anteriormente costaba $5.50, ahora está en $5.65; un combo de pollo, que en diciembre de 2017 estaba en $6.95, subió a $7.00, mientras un plato de comida oriental que se podía comprar en $7.80 se consigue ahora en $7.85.
Para muchas personas, los ajustes podrían sonar a poca cosa, pero el alza es sustanciosa considerando que se podría tratar de una ola que arrastraría a casi todos los productos y servicios.
María Teresa Mendoza, socia de la firma de abogados Morgan&Morgan, sostiene que con el ajuste salarial que se hará efectivo en la próxima quincena pueden ocurrir dos cosas en las empresas: que efectivamente suban los precios de los bienes y servicios, y el consumidor sea directamente el principal afectado; o que las empresas decidan no aumentar los precios porque dejarían de ser competitivas, sobre todo si tiene clientes en el exterior, y en su reemplazo harán recortes en sus planillas.
En cualquiera de los casos se estaría diluyendo o desapareciendo el ajuste salarial que ha decretado el Gobierno para 292 mil trabajadores.
La medida también tiene un efecto inflacionario para quienes devengan salarios por arriba de la escala mínima, e igualmente deben enfrentar el alza en los precios.
Joshua Henríquez, gerente general de Franquicias Panameñas, aseguró que con el ajuste de 6.5% del salario mínimo que tendrá que pagar a sus empleados a partir del 15 de enero, se verán afectados los estados financieros de la empresa.
Explicó que aproximadamente entre un 70% y 75% de la fuerza laboral de Franquicias Panameñas que comprende marcas como Taco Bell, KFC y Pizza Hut devenga salario mínimo o un sueldo de entre $10 y $20 por arriba del salario mínimo.
“En el caso de las franquicias, actualmente estamos en un momento muy competitivo, hay restaurantes por todos lados con ofertas bastante atractivas, lo que ha generado una disminución en los márgenes de ganancias”, dijo.
Dentro de las proyecciones de la empresa no está la idea de hacer recortes de personal, sin embargo, en materia de recontrataciones ante una posible baja o rotaciones, no será posible aumentar la planilla.
Según la tabla del nuevo ajuste del salario mínimo, un trabajador que preste sus servicios en un restaurante por 48 horas a la semana en la región 1 del país, recibirá un aumento de $35.36 en su salario mensual. Si antes ganaba un salario mínimo de $557.44, ahora ganará $592.80 mensualmente.
Henríquez señala que efectivamente hay parte del ajuste del salario mínimo que el consumidor va a absorber.
“En un ambiente tan competitivo como el actual, es un riesgo trasladar todo lo que implica el ajuste de salario mínimo a los productos, es por esto que hemos sido muy cuidadosos y evaluamos solo aumentar entre un 3% y 4% el precio de nuestros productos”, dijo.
EFECTOS DEL AJUSTE
Mendoza aseguró que hay implicaciones que tomar en cuenta al hacer un ajuste del salario: cada dólar que aumenta en el salario de una persona tiene efectos directos en el seguro social, seguro educativo, en riesgo profesional, en el décimo tercer mes, las vacaciones, los días de fiestas, la licencia por enfermedad y en el fondo de cesantía (obligatorio para aquellas empresas con cinco o más trabajadores).
Diana Avendaño, encargada de una panadería que también ofrece sus servicios como restaurante, prevé reducir su planilla para mantener sus costos y márgenes de ganancias.
En su caso, al prestar dos tipos de actividades económicas tiene que hacer ajustes diferentes. Para aquel personal que no está perfectamente diferenciado (es decir, que atiende las mesas, pero a su vez está en la cocina), deberá pagar el salario mínimo mayor entre las dos actividades económicas.
En el país rigen 33 tasas de salario mínimo que se dividen de acuerdo a la región, actividad económica y tamaño de la empresa.
Con el nuevo incremento que estará vigente en 2018 y 2019, el salario mínimo más bajo ($265.20 mensual), será el de los trabajadores del campo que laboran 40 horas a la semana, mientras que el más alto ($925.59), lo recibirán los mecánicos de transporte aéreos que trabajan 48 horas a la semana.
Uno de los sectores que ha sufrido un mayor impacto por la competitividad en el mercado, la fortaleza de la moneda y la disminución de las visitas es el hotelero.
Heidi Villarreal, directora de Recursos Humanos del Sheraton Bijao, ubicado en Santa Clara, provincia de Coclé, aseguró que cerca de un 60% de la fuerza laboral del hotel gana salario mínimo.
La nómina de la empresa está integrada por 180 empleados, la gran mayoría por camareras, saloneros y personal que hace trabajos de limpieza y mantenimiento.
El hotel no tiene pensado hacer reducciones de personal, pero el ajuste de 6.5% representa un gran impacto para la industria que actualmente está pasando por un proceso de reestructuración.
“Hemos modificado nuestras estrategias con el fin de mejorar las tarifas que estábamos ofreciendo. La expectativa es que en esta temporada alta podamos tener suficientes huéspedes para enfrentar esa situación”, dijo.
Villarreal explicó que además del ajuste del salario mínimo al 60% de su fuerza laboral, la empresa tiene que pensar en cómo compensar e incentivar al otro 15% de los empleados que gana un poco más de este monto, pero tienen más responsabilidades.
El alza de precios que hoy se observa en algunos restaurantes probablemente se empiece a reflejar en otros servicios básicos, como la salud en el sector privado o la educación.
Los trabajadores, por su lado, sienten que el aumento salarial es ínfimo en comparación con el incremento de precios.