México, Brasil y Argentina formarán un frente común en la reunión del G20 en Londres, donde pedirán fondos extra para los países emergentes y una reforma de los organismos internacionales para dar más voz al mundo en desarrollo.
La intención de los tres países de unirse en pro de esos objetivos comunes, ampliamente compartidos en la región, quedó clara en la Asamblea Anual del Banco Interamericano de Desarrollo, que culminó ayer.
El evento, que congregó a los 48 accionistas del banco, dejó patente la preocupación de estos tres integrantes del G20, y de América Latina en su conjunto, por una crisis que le ha cerrado las puertas a los mercados de capital y cuya incierta duración complica las decisiones en materia fiscal.
El presidente de México, Felipe Calderón, propondrá “la agilización de los procesos de otorgamiento de créditos”, así como “la creación de una gran línea de contingencia a corto plazo para los países emergentes”.
Mientras que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, propondrá poner fin a los paraísos fiscales, aumentar la regulación del sistema financiero y reformar a los multilaterales de crédito.