En Latinoamérica nos hace falta el gran trabajo cultural de aceptar el fracaso.
Los mayores centros de innovación del mundo son aquellos donde fracasar ni se evita ni se esconde, porque es de los fracasos de donde salen los mayores descubrimientos.
En ecosistemas avanzados en emprendimiento como Silicon Valley, Boston o Israel, los inversionistas prefieren invertir en equipos que ya han experimentado un fracaso.
Los fracasos, mucho más que los éxitos, te dan listas de cosas que debes aprender o listas de cosas que no debes hacer.
Tenemos tres tareas para empezar a aceptar el fracaso a nivel personal y luego, a nivel colectivo:
1. Entender que no somos nuestros fracasos: Los emprendedores no somos ni nuestras ideas, ni nuestros proyectos, ni nuestros logros, ni nuestros fracasos.
La calidad de nuestras ideas no es un reflejo de nuestra calidad como personas. Cuando uno fracasa, nuestro proyecto no continúa pero nuestra vida sí.
2. Redefinir lo que significa fracaso: El fracaso no es un game over, sino un “intenta de nuevo”. El fracaso es una alerta roja que te anuncia que algo de lo que estabas haciendo necesita mejorar para dar resultado. Tenemos que entender que no son nuestras ideas las que fracasan, sino nuestra ejecución.
Entonces, se trata acerca de todo el tiempo aprender a cómo hacer las cosas mejor.
3. Fracasa rápido y fracasa barato: Hasta que lleguemos a aceptar el fracaso, equivocarnos y fracasar duele.
Por eso, es importante empezar con pequeños proyectos que podamos lanzar rápido al mercado sin invertir ni tanto tiempo ni tanto dinero.
Solo cuando tratamos todos nuestros proyectos como experimentos, estaremos pendientes de ver qué funciona y qué no funciona. Y es aprendiendo de lo que no funciona que podemos trabajar en ciclos de mejora continua.
Si quisieras investigar más acerca del fracaso, te recomiendo que le sigas la pista a Leticia Gasca. Ella es cofundadora de la iniciativa Fuck Up Nights y autora del libro Sobrevivir al fracaso (www.sobreviviralfracaso.com) .
La autora es promotora de emprendimientos.