Entre enero y febrero, las apuestas en juegos de azar se mantuvieron casi estáticas. Solo crecieron 0.1% en comparación con el mismo período del año pasado, de acuerdo con datos de la Contraloría General de la República.
Durante los primeros dos meses del año, se apostaron 363.4 millones de dólares, apenas medio millón de dólares adicionales respecto a la cifra registrada en 2016. Esto, sin incluir la venta de chances y billetes de la Lotería Nacional de Beneficencia.
Por tipo de apuestas, las máquinas tragamonedas tipo “A” fueron el motor de impulso de los juegos de azar durante los primeros 60 días del año. Solo este segmento generó el 87% del total de las apuestas, con 315.4 millones de dólares.
En las mesas de apuestas, que solo están disponibles en los casinos completos, ubicados en hoteles con más de 300 habitaciones, la actividad cayó 6.6%.
Las salas de bingo se anotaron una caída de 9.3% entre enero y febrero de 2017.
En el país, hay 77 concesiones para recibir apuestas, de las cuales 24 son casinos completos; 29 máquinas tragamonedas tipo A; 22 salas de apuestas deportivas, una sala de bingo y el Hipódromo Presidente Ramón.
Del total de las salas de apuestas, un 43% está en la provincia de Panamá, seguido de Chiriquí y Coclé. Muchas de estas se encuentran en zonas urbanas de bajo estrato económico.
Mensualmente, los operadores de juegos deben entregar un impuesto a la Junta de Control de Juegos, que depende del volumen de apuestas y premios que pagan durante ese tiempo.
