Las autoridades de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) buscan ampliar por 9 meses el programa de estímulos económicos del organismo en su próxima reunión, pero pretenden reducir los volúmenes de compras, de acuerdo con cinco personas cercanas al asunto.
Las compras de activos del BCE expirarán en un principio a final de año y los funcionarios del banco central decidirán el 26 de octubre si prolongarlas o no. Una de las principales tareas será conciliar el mayor crecimiento de la zona euro de la última década con una tasa de inflación que posiblemente será inferior al objetivo oficial del 2%.
El siguiente paso todavía está por discutirse, pero existe consenso respecto a que debería reflejar tanto la necesidad de recortar los estímulos ante el fuerte crecimiento económico, como el compromiso de continuar con la política monetaria expansiva durante un periodo prolongado.
Es probable que el mayor tema por discutir sea si habría que mantener abierto el programa, dando al BCE la flexibilidad de ampliarlo una vez más.
Mientras Alemania desea que el BCE señale su intención de poner fin a las compras, los partidarios de una política monetaria relajada quieren, al menos, el mismo tipo de flexibilidad que el banco tiene ahora para extender las compras en caso de que las perspectivas económicas empeoren.
Decidir si será un plazo abierto o cerrado va a ser el mayor debate, expresó una de las fuentes cercanas al consejo de gobierno del BCE.