El Banco Central Europeo (BCE) aplazó el momento para su primera alza de tasas de interés después de la crisis y dijo que continuaría pagándole a los bancos para que concedan créditos a hogares y empresas, en un nuevo intento para reactivar la rezagada actividad económica de la zona euro.
El presidente del BCE, Mario Draghi, dijo que el consejo de gobierno habló de disposición para tomar medidas en caso de una “contingencia adversa”, además varios gobernadores habían elevado la posibilidad de recortes de tasas de interés o la reanudación del programa de compras de activos. Los anuncios, más audaces de lo que esperaban los analistas hasta hace apenas unas semanas, se hicieron en una coyuntura en que la disputa comercial entre Estados Unidos y China, que ha opacado el panorama para la economía mundial y los países orientados a las exportaciones, como Alemania.
Draghi dijo en una rueda de prensa, después del anuncio de política monetaria, que la decisiones tomadas por la junta de gobierno fueron unánimes.
En respuesta al veloz deterioro de las expectativa de inflación, el BCE se comprometió a mantener sus tasas de interés en sus actuales niveles ultra bajos, al menos hasta fines del primer semestre del 2020, en lugar de hasta fines de este año, como había estimado en marzo. Al explicar la decisión, Draghi dijo que los riesgos para la economía eran bajistas.
“La incertidumbre por las negociaciones del brexit y las vulnerabilidades de ciertos mercados emergentes importantes, y a nivel general, la incertidumbre sobre el comercio mundial, se han extendido más allá de lo que creíamos en marzo y por esa razón aplazamos nuestra orientación”, dijo Draghi.
El equipo técnico del banco revisó sus proyecciones de crecimiento para la zona euro a 1.2% para este año.