El Banco de Inglaterra tendrá nuevos poderes para frenar el despilfarro del crédito y prevenir otra crisis financiera, mientras toma el control de la regulación en Gran Bretaña, anunció ayer el nuevo ministro de Finanzas, George Osborne.
El funcionario aseguró además que el economista jefe del Banco de Inglaterra, John Vickers, lideraría una nueva comisión independiente que vería si la banca minorista y de inversión podría ser escindida.
“La peor crisis financiera en la memoria viva destacó los importantes efectos perjudiciales que la falla en el sector financiero puede tener en la economía real y en las finanzas públicas”, dijo Osborne, quien asumió el mes pasado. “Necesitamos un debate apropiado sobre la futura estructura de los bancos, la relación entre banca minorista y de inversión, y cómo asegurar mayor competencia en la industria bancaria”, agregó.
Se esperaba que el funcionario conservador realizara el anuncio en una cena anual de la élite financiera de la ciudad de Londres, pero los legisladores de oposición exigieron que el Parlamento se pronunciara primero sobre cualquier cambio en la estructura regulatoria.
“Nuestro plan es entregar al Banco de Inglaterra la responsabilidad de la supervisión macro, que nunca debería haber sido alejada de él”, aseguró.
