El Banco de Japón dejó sin cambios su política monetaria en la última reunión de 2017 y mantuvo así su estímulo monetario sin precedentes a la espera de un repunte de la inflación que permanece persistentemente baja.
Dado que la economía de Japón continúa creciendo a un ritmo saludable y la inflación al menos avanza en la dirección correcta, hay poca presión para que el banco central ajuste sus objetivos de tasas de interés y compra de activos en el corto plazo.
Esto lo diferencia de sus contrapartes globales, como la Reserva Federal de Estados Unidos, que ha aumentado las tasas de interés, y el Banco Central Europeo, que se acerca a una normalización de la política monetaria.
Los economistas y los inversionistas miran a más largo plazo, y algunos especulan que el Banco de Japón seguirá el ejemplo de algunos de sus pares el próximo año. Si bien los 44 analistas encuestados por Bloomberg antes de la reunión de política del jueves no esperaban cambios este mes, 19 pronosticaron ajustes en 2018.
“El próximo año, si la actual tendencia de crecimiento económico continúa, entonces debería haber expectativas cada vez mayores para la normalización de la política monetaria”, dijo Junko Nishioka, economista jefe de Sumitomo Mitsui Banking Corporation y exfuncionario del Banco de Japón.
El gobernador Haruhiko Kuroda dijo en una conferencia de prensa que el banco central no necesitaba reconsiderar su actual marco de políticas. Los comentarios formulados el mes pasado por Kuroda sobre la teoría de la “tasa de reversión” alimentaron la especulación sobre una pronta salida del estímulo.