Los grandes avances tecnológicos han permitido al ser humano hacer las cosas de una manera más simplificada, expedita, segura y económica. Una revolución de este tipo es lo que pretende generar la tecnología blockchain (cadena de bloques) en el registro de transacciones y procesos.
El presidente de Goethals Consulting, John Bennett, explica que “el gran problema en las transacciones humanas es el registro. Cada vez que uno compra algo le dan una factura. Esta tecnología [blockchain] es la factura del futuro, pero no está en papel, sino que queda registrada en una red, en la máquina... Al registrase todas las actividades comerciales en la nube, se crea un sistema que no se puede alternar, que se puede regular, pero no intervenir”.
Según la definición de IBM, “blockchain es un libro de contabilidad compartido e inmutable para registrar el historial de transacciones”.
Cada transacción se registra y se va agrupando en bloques y cada bloque está vinculado al anterior y al siguiente. De ahí surge el concepto de “cadena de bloques”. No se podría eliminar un bloque de información porque se rompería la cadena. Así, siguiendo con la idea de IBM, la tecnología “promueve una nueva generación de aplicaciones que establecen la confianza, la rendición de cuentas y la transparencia, desde contratos hasta escrituras y pagos”.
Uno de los conceptos claves en el comercio es la confianza. Cuando dos personas negocian algo, cuando se envía una transferencia de dinero o se hace una compra en internet, en el fondo se está confiando en la otra parte de la cadena comercial.
Blockchain aporta ese grado de confianza al saber que las transacciones registradas no pueden ser adulteradas. Además, permite regresar a cualquier punto de la cadena para verificar qué sucedió. Así, se puede seguir el rastro de cualquier transacción, con lo que esto implica desde el punto de vista de la transparencia y la rendición de cuentas.
Sobre esta tecnología funciona, por ejemplo, la moneda digital bitcoin. También se está desarrollando su aplicación en el sector bancario. Michael Casey, asesor sénior del Digital Currency Initiative de Massachusetts Institute of Technology (MIT) Media Lab, dijo en una nota enviada por la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban) que “procesos tales como la liquidación y compensación de valores, servicios de custodia, fideicomisos, o procesos de registro de acciones o activos, podrían verse cambiados, a medida que las instituciones migren a una estructura de libros contables compartidos, en la que los datos de operaciones, pagos y liquidaciones se actualicen a tiempo real”.
Isabelle Corbett, consejera sénior y directora de Asuntos Regulatorios de R3, un consorcio que agrupa a más de 80 bancos, instituciones financieras y desarrollo de una plataforma de blockchain, destacó en una conferencia celebrada recientemente en Panamá los beneficios de esta tecnología: se refirió, entre otros, a un gran ahorro de costos por parte de los bancos, por ejemplo, desde el punto de vista de cumplimiento. “Cuando los bancos no cumplen los requerimientos de cumplimento son penalizados. Esta tecnología les ayuda a mejorar el cumplimiento, no solo de una manera más económica, también más confiable”, apuntó.
También visitó Panamá recientemente Nitin Gaur, director de IBM Blockchain Labs. Consultado sobre la implantación de esta tecnología en América Latina, dijo que países grandes como Brasil, Chile y Colombia se están moviendo con ciertos usos.
Gaur participó en una sesión de la mesa de fintech (tecnología de la información aplicada al sector financiero), una iniciativa del Gobierno en la que autoridades, reguladores financieros y actores del sector privado intentan crear un ecosistema de empresas fintech en Panamá.
Dijo que esta es “una idea brillante” para un país que une el sur con el norte de América. Señaló que Panamá, como corazón del comercio, puede aprovechar estas tecnologías para competir globalmente como un puerto seguro, confiable y fuerte donde hacer negocios.
La disrupción tecnológica presenta oportunidades, pero también desafíos, ya que este tipo de redes pueden eliminar la figura del intermediario. Por lo tanto, los roles de algunos actores que participan en un cadena de transacciones pueden variar. Un ejemplo pueden ser los bancos corresponsales, cuya función podría no ser requerida o, al menos, podría variar.
Las aplicaciones potenciales de la tecnología son numerosas. Fuera del sector financiero, por ejemplo, las entidades públicas y privadas que se dedican a la certificación de determinados procesos podrían ver reducida su relevancia. Si en un producto orgánico se introduce un código que el cliente pueda escanear en su celular para descargar el historial y la trazabilidad del producto, donde podrá ver con sus propios ojos y de una manera confiable los procesos de producción, almacenaje y distribución, ¿será necesario entonces que una autoridad certifique que ese producto es, en efecto, orgánico?