El crecimiento económico de China se desaceleró en el trimestre más reciente, pero el gasto relativamente robusto de los consumidores chinos, quienes están emergiendo como un importante pilar del crecimiento nacional, ayudó a evitar una mayor caída.
La segunda mayor economía del mundo creció un 6.9% en el periodo de tres meses que terminó en septiembre, el dato más bajo desde principios de 2009, tras la crisis global, según datos publicados ayer. La cifra estuvo por debajo del 7% registrado en el trimestre anterior.
La debilidad del comercio y las manufacturas han alimentado preocupaciones sobre posibles pérdidas de empleos y disturbios.
El Gobierno comunista ha recortado las tasas de interés cinco veces desde noviembre, en un esfuerzo por apuntalar el crecimiento.
Los nuevos datos ponen de relieve la naturaleza de la economía china, de dos velocidades, en medio de un esfuerzo maratónico de parte del Partido Comunista de nutrir un crecimiento autosostenido de China, basado en el consumo interno, reduciendo la dependencia del comercio y la inversión.
Los fabricantes se están reduciendo y están desapareciendo millones de puestos de trabajo, mientras las empresas orientadas al consumidor se expanden.
En septiembre, el crecimiento de la producción fabril se desaceleró a un 5.7% desde el 6.1% de agosto.
Al mismo tiempo, el crecimiento de las ventas minoristas subieron desde 10.5% de julio a 10.9% en septiembre.
El gasto en comercio electrónico aumentó un 36% en el tercer trimestre con respecto al mismo lapso del año anterior.
“Las continuas presiones a la baja del mercado inmobiliario y las exportaciones provocaron una caída en el crecimiento del producto interno bruto (PIB)”, dijo en un reporte Louis Kuijs de Oxford Economics.
