¿Cambio de marcha en la industria bancaria?

¿Cambio de marcha en la industria bancaria?


Antes de firmar, la semana pasada, el acta de posesión como integrante de la junta directiva de la Superintendencia de Bancos de Panamá, Rafael Guardia Pérez se desempeñó durante 10 años en uno de los bancos de capital panameño más importante del país, y en esa entidad escaló peldaños hasta la posición de vicepresidente senior de Banca Corporativa. Después, en 2016, asumió la dirección financiera del grupo empresarial de comercio minorista de mayor tamaño en Panamá. Ocupa este cargo en la actualidad.

Esta súper síntesis profesional del nuevo miembro del cuerpo rector del regulador bancario junto con Felipe Echandi, explica su llegada y sirve para orientar al público en general, y a la ciudadanía, acerca de quién es Guardia Pérez. Él mismo reconoce: “Es la primera vez que doy una entrevista”.

En cambio para el sector financiero él es un viejo conocido. Un financista experimentado en procesos del sector bancario, en particular los habituales de los negocios corporativos. Ejemplifica su experiencia con un recuerdo de sus tiempos finales como banquero. Dice que en sus últimos cinco años vivió las inspecciones bancarias y que atendió en reiteradas ocasiones al regulador.

Esa labor, tan necesaria para el país como extenuante a veces para los regulados, lo motivó a dar el salto a un espectro económico más dinámico y donde los negocios son el pan de cada día: el retail.

Datos para tener en cuenta de la industria financiera

2017 se fundó Panafintech, el gremio que aglutina empresas ‘Fintech’, presidido por Felipe Echandi, el otro nuevo miembro de la junta directiva del regulador. N° 269 obedece al proyecto de ley en curso en la Asamblea Nacional para modernizar el sistema financiero panameño. 46 bancos integran el Sistema Bancario Nacional. Cabe la posibilidad de que este número de jugadores se reduzca notablemente en los próximos años.



Tener experiencia en dos áreas económicas tan relevantes para Panamá como lo son la intermediación financiera y el retail, el primero con un 7.4% de participación en el producto interno bruto, y el segundo con una representación de 18% si se agrega el comercio al por mayor, con seguridad dotarán de otro ritmo al sector bancario.

“Estoy ciento por ciento de acuerdo con la regulación, porque precisamente el rol del regulador debe ser regular y supervisar”. Sin embargo muchos bancos perciben que les “están diciendo cómo deben hacer el negocio”, y prefieren abstenerse de ello para “no someterse a auditorías con el regulador”.            

La función de la banca es fundamental para la industria del retail, sostiene. Sin el apoyo de las instituciones bancarias se disminuye la venta al por menor y se hace más lenta la economía. “Es una actividad que depende doblemente de los bancos”. Por un lado le proveen a la gente el acceso al crédito. “En la mayoría de las veces las personas se financian con dinero plástico”. Por otra parte, les dan financiamiento a las empresas del comercio minorista en sus planes de inversión, para abrir nuevas tiendas, detalla.

Fusiones y compras

El desenlace de la marcha más lenta de ciertos negocios financieros y el cumplimiento en aumento de normas han encaminado a la banca panameña a un periodo de fusiones y adquisiciones. “El mercado local estuvo paralizado. La economía ha estado bajando desde hace cinco años. Se han incrementado los costos para los bancos chicos debido al compliance (cumplimiento)”.

En este sentido, Guardia Pérez señala qué tanto ha cambiado la actividad bancaria. Antes, recuerda, cuando un emisario de un banco corresponsal visitaba una institución bancaria en Panamá, le preguntaba por sus carteras, el índice de morosidad o el volumen de los depósitos. “Pero ahora inquieren cuánta gente se tiene en compliance”.  Y se han subido los costos de operación, y la única manera de mantenerse en pie es mediante fusiones o adquisiciones. Guardia Pérez no descarta un futuro con unos 10 bancos grandes en la plaza.  

La propuesta

Recuperar el dinamismo de la actividad bancaria, y por ende de varias otras industrias económicas panameñas, precisa aumentar los estándares de bancarización.

El país dio un salto cualitativo en estos índices durante el presente decenio. En 2011 la población adulta vinculada con los servicios financieros era el 24.9%, pero hace dos años creció a 46.5%. Falta de fondos y tarifas de los productos financieros impiden la ampliación de los servicios bancarios. (Datos de Global Index).

La empresas financieras tecnológicas (fintech), sostiene el entrevistado, están llamadas a fomentar el acercamiento de la gente a la banca. “Uno de los desafíos radica en la introducción y la regulación de las empresas fintech. Siento que nos estamos quedando atrás en estos asuntos”. Sin la necesidad de generalizar, porque “hay bancos que sí están modernizando sus plataformas tecnológicas”, queda mucho por hacer.

Los avances podrán apreciarse con programas pedagógicos sobre el alcance de las fintech y sus beneficios, en un país donde mucha gente “tiene un dispositivo celular” pero “no internet”. Y donde muchos jóvenes cuando llegan a su mayoría de edad requieren financiamiento y sin embargo poco o nada les llama la atención “ir a una sucursal bancaria”. El ejercicio pedagógico sobre las fintech comprende a las universidades. “Dudo mucho de que estos temas estén incorporados hoy en los currículos universitarios”.

Las llamadas

José Alejandro Rojas, ministro consejero de Facilitación de la Inversión Privada, que se ha constituido en un pivote de las iniciativas del Gobierno, se encargó de llamar por teléfono a Rafael Guardia Pérez para hacerle la propuesta formal de su vinculación a la junta directiva de la Superintendencia de Bancos de Panamá. El interlocutor del ministro dio una respuesta afirmativa porque le significa la oportunidad de volver a la banca desde un papel más estratégico y propositivo.

El decreto firmado por el presidente Laurentino Cortizo fue publicado el miércoles 9 de octubre. Dos semanas más tarde, al concluir la entrevista con Martes Financiero en el Café Unido de la calle Aquilino Boyd, sonó de nuevo el teléfono celular de Guardia Pérez. Eran las 11 y 46 de la mañana. Al otro lado de la línea alguien le informó de su posesión en el Ministerio de Economía y Finanzas programada para las 3 de la tarde. “Debo regresar a la casa a ponerme la corbata”, le dijo al entrevistador.

“¿Cómo le fue en la posesión?”, le preguntó ayer el entrevistador por Whatsapp. “Muy bien, fue sencilla. Más me demoré poniéndome la corbata”, recordó Guardia Pérez.

Los nuevos directores buscarán sentar su impronta en el sector bancario . El tiempo dirá qué tanto lo lograron. 

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