Exxon Mobil Corp. podría pasar de lo que considera el principal descubrimiento de petróleo en aguas profundas del mundo cuando Brasil ponga en subasta el gigante campo Buzios la próxima semana.
El titán del petróleo con sede en Irving, Texas, ya tiene una gran cartera de bloques costa afuera de Brasil que construyó en los últimos años, cuando el acceso a una de las regiones de exploración más populares del mundo era más asequible, dijo Stephen Greenlee, presidente de exploración de Exxon, en una entrevista en Río de Janeiro. La compañía necesita sopesar a Buzios frente a oportunidades como el shale estadounidense, otras regiones de aguas profundas y proyectos de gas natural licuado, dijo.
“Independientemente de si participamos o no, estaría resumido en cómo veríamos esa oportunidad en comparación con todas las demás opciones de inversión, porque hay muchas opciones de inversión en este momento”, dijo Greenlee, quien viajó a Brasil para participar en la Conferencia de Tecnología Offshore. “Si le preguntas a mis contrapartes en otras compañías, te darían el mismo trato. Es una oportunidad muy, muy única, pero tiene que encajar con todo lo demás”.
La venta planificada por Brasil de licencias de exploración y producción de petróleo el 6 de noviembre, conocida como Transferencia de Derechos, es la mayor oferta de reservas de petróleo descubiertas desde que Irak se abrió en 2009, según Wood Mackenzie. Pero el acceso no es barato. Los cuatro campos petroleros en venta en la llamada región presal podrían costar más de $50 mil millones.
Exxon no es la única gran petrolera en expresar preocupación por el costo. Total SA, Repsol SA y BP Plc han dicho que no planean participar. Si los postores prometen más de los términos mínimos, el rendimiento de la inversión podría reducirse a un solo dígito, según Wood Mackenzie. La firma de investigación estima que la producción de las cuatro áreas podría alcanzar 1.4 mi llones de barriles por día para 2030.
La advertencia de los ejecutivos petroleros extranjeros contrasta con la estatal Petroleo Brasileiro S.A., cuyo presidente ejecutivo, Castello Branco, dijo que “ofertaría para obtener” Buzios.
Aún así, Greenlee describió a Buzios como el descubrimiento de aguas profundas “más grande y más prolífico” de la historia, y se encuentra en un país con un historial probado de respeto a los contratos.
Los depósitos en aguas profundas podrían contener 15 mil millones de barriles de petróleo, casi el doble que las reservas de Noruega. Se espera que los ganadores paguen $25 mil millones en tarifas de licencia, además de compartir una parte de su producción con el gobierno. También deberán negociar pagos a Petrobras por las inversiones que ya ha realizado en el área que podrían agregar otros $25 mil millones o más, dijeron funcionarios gubernamentales con conocimiento del asunto.
“La transferencia de derechos sería una gran mordida si participamos en eso”, dijo Greenlee. “Es una gran oportunidad, muy costosa, porque tienes que pagar el bono y el pago de la compensación a Petrobras”.
Hay límites a lo que Exxon puede gastar. Si bien la compañía está aumentando el gasto de capital de manera más agresiva que sus cuatro mayores rivales occidentales, ya se ha comprometido a invertir más de $30 mil millones al año en una amplia gama de proyectos, desde petróleo en alta mar en Guyana hasta petroquímicos en Singapur. Como tal, Exxon apenas puede cubrir dividendos con su flujo de caja libre. La acción ha caído casi 25% desde que su director ejecutivo, Darren Woods, llegó al cargo a principios de 2017, superando a sus rivales por algún margen.
