Luego de 20 años de administración panameña en el Canal, la empresa estatal más importante del país se enfrenta a una reorganización que incluye: el nombramiento de un nuevo administrador, el reemplazo de tres miembros de la junta directiva y el estreno de una estructura organizacional.
Todo ha ocurrido coincidentemente en un año electoral. Y aunque el Canal es una institución blindada por el título XIV de la Constitución que creó la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), hay quienes temen que sea penetrada por los intereses políticos.
Las voces críticas advierten que las designaciones en la junta directiva, que debe hacer el presidente Juan Carlos Varela durante los últimos meses de gestión, se convertirán en una especie de “cuartel de invierno” o el último bastión de poder de sus allegados.
Además, no han faltado especulaciones de que Varela también estaría detrás del nombramiento del nuevo administrador, cuando es la junta directiva (conformada por profesionales nombrados en varios periodos presidenciales) la que debe decidir quién tiene el perfil para ocupar la silla que dejará Jorge Luis Quijano.
Pero por otro lado están los que creen que se trata de teorías conspiradoras para enturbiar un proceso legítimo, intentando que el nombramiento del nuevo administrador quede en manos del próximo gobierno, lo que sí sería una intromisión de la política en las decisiones canaleras. Este diario pudo conocer que hay candidatos presidenciales que han hecho saber a lo interno del Canal su interés de que el nombramiento del nuevo administrador se haga durante su mandato.
Sin embargo, el Canal parece avanzar a su propio ritmo, y este mes de febrero podría escoger y anunciar quién llevará las riendas administrativas del activo más importante del país por los próximos siete años.
La idea es que por un periodo de, al menos, seis meses Quijano se convierta en un mentor y le lleve de la mano ante todos los clientes y usuarios de la vía acuática para hacer su presentación ante la sociedad internacional que controla el mundo naviero.
¿Cómo funciona la estructura de la vía?
La ACP ha funcionado con una junta directiva integrada por nueve directores nombrados por el Ejecutivo de manera escalonada, por nueve años cada uno.
La idea de este esquema es que en la directiva haya directores nombrados por distintos gobiernos, para que exista un balance y se garantice su independencia de las administraciones de turno.
En la directiva también participa un director que designa la Asamblea Nacional, que es de libre remoción por este órgano del Estado, y el ministro de Asuntos del Canal de turno, que es quien preside la junta, para un total de 11 directivos.
Más allá de quién los nombra, lo más importante es que las personas tengan la capacidad profesional y la solvencia moral para ocupar un cargo tan importante.
Debajo de este colegiado se encuentra el administrador, el funcionario ejecutivo de mayor jerarquía, a quien le corresponde la aplicación de las políticas dictadas por la junta directiva y la responsabilidad del funcionamiento diario del Canal.
Vacantes directivas
De los nueve directores, hay tres puestos que se les vence el periodo en marzo próximo, que deben ser designados por el presidente Juan Carlos Varela y ratificados por la Asamblea Nacional.
Estos directores son Nicolás Corcione, José A. Sosa y Marco Ameglio, que renunció desde junio de 2018 para lanzarse como candidato presidencial independiente.
Los directores del Canal no tienen salario, pero reciben por su asistencia a las reuniones de la junta directiva y de los comités, una dieta equivalente al salario por día del administrador del Canal en la fecha de la reunión.
ACP contrata expertos
Además, a los directores se le otorgan viáticos, cuando en el ejercicio de sus funciones o como miembros de los comités tienen que desplazarse fuera de su lugar de domicilio dentro del país o al exterior.
Reemplazo de Quijano
El periodo de siete años del actual administrador Jorge Luis Quijano, que asumió en septiembre de 2012, vence en septiembre próximo y aunque la ley le permite reelegirse por otro periodo adicional, desde hace varios meses comunicó que no tenía interés de continuar en el cargo. Incluso pidió a la directiva que se tratara de tener a su reemplazo con, por lo menos, seis meses de anticipación al vencimiento de su nombramiento para hacer una transición con el tiempo suficiente.
La directiva dio el paso y contrató a una firma consultora para reclutamiento de personal que analizara los mejores perfiles para ocupar el cargo de administrador, incluso de panameños que están en el exterior.
La Constitución otorga a la junta directiva de la ACP la atribución de nombrar y remover al administrador y al subadministrador de la entidad, sin la participación del Ejecutivo o presidente de la República de turno.
Para ser administrador del Canal la ley solo establece la nacionalidad panameña, un título universitario o experiencia práctica suficiente, no haber sido condenado por delito doloso o contra la administración pública y no tener parentesco, al momento de su designación, con directivos de la ACP dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad.
El puesto requiere de un conocimiento en la industria naviera, pero además un temple inquebrantable para tomar decisiones de negocios que generen más ingresos al Canal y al mismo tiempo al país, a través de mayores aportes al Tesoro.
Se estima que alrededor del Canal circula el 70% de la economía panameña. Y en las próximas semanas se sabría quién tomará el timón de la entidad estatal con grandes desafíos.
