Uno de los desafíos claves del sector de la construcción para los próximos tres años es capacitar a la mano de obra y mantener la productividad de la industria.
La apuesta surge ante un escenario preexistente poco alentador a nivel académico de esta industria, una de las que más empleo genera en el país. De un total de 12 mil 57 estudiantes que se graduaron en los institutos profesionales y técnicos entre 2010 y 2015, solo 3 mil 617, o un 30%, optaron por la industria de la construcción, según un estudio desarrollado por el Consejo del Sector Privado para la Asistencia Educacional (Cospae).
Los jóvenes no aspiran a trabajar en este oficio principalmente por la falta de orientación vocacional (conocimiento de sí mismo, en cuanto a sus capacidades, habilidades y aptitudes), lo que está generando un déficit de mano de obra calificada en el sector, según indica el estudio.
Hay pocos jóvenes incursionando en estas ocupaciones, debido a que existe mucha desorientación en el sistema formativo y estigma familiar, explica Zuleika Plazaola, coordinadora general de la alianza Neo Panamá, una iniciativa de Cospae para mejorar la calidad del capital humano y la oferta de empleo para los jóvenes.
“En Panamá la mayoría de los padres quieren que sus hijos sean universitarios”, indicó Plazaola.
“Además, el joven que entra a este sector piensa que será obrero toda su vida, entonces no es lo que siente que le ofrecerá la calidad de vida que merece”, añadió.
En ese sentido, la Alta Comisión de la Política Pública de Empleo en Ocupaciones Técnicas y Profesionales calcula que el sector de la construcción demandará al menos 4 mil 300 técnicos especializados por año hasta 2020.
Los oficios de mayor demanda son ayudante general, electricista, albañil, carpintero, fontanero y técnicos de acondicionadores de aire y refrigeración.
Mientras tanto, el mercado laboral busca llenar el vacío. Los empresarios del sector de la construcción están en constante cacería para tratar de conquistar o retener a los trabajadores que laboran actualmente en determinados proyectos, debido a la falta de personal capacitado en la industria, asegura Orlando Allard, presidente del Cospae.
Paralelamente a esto surge otro problema. Tras evaluar 13 empresas del área en las provincias de Panamá, Chiriquí, Colón y Coclé, se determinó que muchas de las fallas pertinentes entre los trabajadores de la construcción son las competencias de actitud.
La deficiencia de valores como responsabilidad, puntualidad y trabajo en equipo son los principales problemas que presentan las personas que laboran en este sector, comenta René Quevedo, especialista en inserción laboral.
Es por esto que surge el Instituto de Capacitación de la Industria de la Construcción, creado como una filial de la Cámara Panameña de la Construcción (Capac), que busca estructurar un método para mejorar la eficiencia y el rendimiento de los trabajadores incorporando nuevos programas de enseñanza.
“La educación y formación del talento humano es uno de los mecanismos que tenemos para mejorar la productividad de nuestra mano de obra y de nuestras empresas”, asegura Iván de Ycaza, presidente de la Capac. Para lograrlo estamos buscando las herramientas y creando el mejor formato para sacar el máximo provecho de estos cursos, asegura. Anteriormente, la Capac tenía una unidad de capacitación en la que durante los últimos 10 años se han formado 14 mil personas en el área de la construcción, pero al elevar esta unidad a un instituto, se espera redoblar el número de capacitaciones.