El Banco Central de Chile redujo su tasa de interés referencial en un cuarto de punto porcentual, a 3.25%, y dejó abierta la puerta a un mayor impulso monetario, en una decisión esperada por el mercado ante una débil economía y una menor inflación.
La medida puso fin a un año sin cambios de la tasa de política monetaria (TPM), en medio de expectativas que sitúan la inflación en los próximos meses en la parte baja del rango de tolerancia del banco de 2.0% a 4.0%.
Junto con una inflación anualizada que cerró en un 2.7% en 2016, por debajo del centro del rango de tolerancia, el Banco Central también destacó las débiles cifras de actividad.
“De persistir las tendencias recientes del escenario económico, así como sus implicancias para las perspectivas de la inflación de mediano plazo, se hará necesario incrementar el impulso monetario”, dijo un comunicado del organismo.
La entidad reafirmó su compromiso de conducir la política monetaria con flexibilidad, de manera que la inflación proyectada se ubique en un 3% en el horizonte de política.