Enfrentando un plazo que vence en marzo, los gobiernos de China y Estados Unidos comenzaron ayer las negociaciones para poner fin a su guerra comercial.
Las dos economías más grandes del mundo expresaron su optimismo sobre el potencial de avances, pero ninguna indicó que su postura haya cambiado.
El enfriamiento del crecimiento económico en ambos países está aumentando la presión para alcanzar un acuerdo.
Menor dinamismo en la economía china
Al comenzar las conversaciones ayer en el Ministerio de Comercio chino en Pekín, China se quejó por el avistamiento de un buque de guerra estadounidense en lo que dijo eran aguas chinas, pero no quedó claro si eso podría trastornar los procedimientos.
Ambas partes han proporcionado escasa información sobre sus conversaciones.
Las negociaciones siguieron adelante pese a la tensión por la detención de una ejecutiva china del gigante tecnológico chino Huawei en Canadá, por cargos estadounidenses relacionados con posibles violaciones de las sanciones comerciales a Irán.
La delegación de Washington está encabezada por Jeffrey D. Gerrish, adjunto del representante comercial de Estados Unidos.
El grupo norteamericano incluye también a funcionarios de Agricultura, Energía, Comercio, Tesoro y la Secretaría de Estado.
El presidente Donald Trump impuso aumentos de aranceles de hasta el 25% sobre importaciones de bienes chinos por valor de $250 mil millones en represalia por las acusaciones estadounidenses de que Pekín roba o presiona a las compañías para que le revelen su tecnología.
El presidente chino, Xi Jinping, respondió con medidas punitorias por valor de $110 mil millones sobre bienes estadounidenses, ralentizó los permisos de aduanas para sus empresas y suspendió la emisión de licencias en finanzas y otros negocios.