China anunció el fin a los límites a las inversiones extranjeras en la fabricación de automóviles, seguros y otros sectores, pero no respondió directamente a quejas sobre comercio y tecnología que alimentan el conflicto con Washington.
El cambio había sido buscado por Estados Unidos, Alemania y otros socios comerciales. Ellos se quejan de que Pekín bloquea el acceso a su economía estatizada, mientras que empresas chinas operan libremente en sus países. El anuncio de China se produce después de la amenaza del presidente estadounidense Donald Trump, de restringir las inversiones chinas en Estados Unidos. Pero confirmó promesas hechas en noviembre, antes del estallido de la nueva disputa.
Grupos empresariales dijeron que es demasiado pronto para saber el impacto de la decisión, hasta que se den a conocer las normas de licencias y otras reglas.
Muchos cambios “fueron articulados previamente por los principales líderes de China”, dijo Jake Parker, vicepresidente de operaciones en China del Consejo de Negocios EU-China.
El anuncio no incluye cambios que respondan directamente a las quejas estadounidenses de que Pekín se roba o presiona a empresas extranjeras para que le entreguen tecnología. Trump ha amenazado con imponer aranceles de hasta 25% en unos 450 mil millones de dólares en productos chinos. Pekín dice que responderá con sus propios aranceles, avivando temores de una disputa que pudiera obstaculizar el comercio global y el crecimiento económico.