Las autoridades chinas aprobaron cinco cultivos genéticamente modificados para importaciones, los primeros en aproximadamente 18 meses, en una medida que podría impulsar sus compras de granos en el extranjero y aliviar la presión de Estados Unidos para abrir sus mercados a más productos agrícolas.
Estados Unidos es el mayor productor mundial de cultivos transgénicos, mientras que China es el principal importador de soja y canola genéticamente modificada.
Los agricultores estadounidenses y las compañías mundiales de semillas se han quejado durante mucho tiempo del proceso lento e impredecible de Pekín para aprobar los cultivos transgénicos para importaciones, lo que ha avivado las tensiones comerciales entre las dos economías más grandes del mundo.