Un declive inesperado en las compras chinas de corto plazo de soja brasileña está mermando los envíos de la oleaginosa del país sudamericano, que hace pocas semanas parecía camino a beneficiarse de la guerra comercial entre Washington y Pekín.
Los importadores chinos corrieron a comprar granos brasileños luego de que Pekín anunció aranceles de 25% sobre las cargas estadounidenses.
Pero desde la semana pasada las compras de corto plazo han caído: China muestra una demanda débil ante el abundante suministro local, dijeron fuentes del sector.
Todas las compras motivadas por pánico que vimos a principios de abril se han calmado, dijo un operador de una empresa de comercio internacional que administra instalaciones de procesamiento de oleaginosas en China.
La demanda de harina de soja está muy lenta ya que los productores de cerdos están con pérdidas. Se han firmado muy pocos acuerdos desde la semana pasada para la soja brasileña para embarques cercanos, agregó.
Las fuentes declinaron ser identificadas ya que no estaban autorizadas para hablar. China importa más del 60% de la soja comercializada en todo el mundo, procesándola para hacer aceite de cocinar y harina de soja rica en proteínas para la alimentación de animales.
Las exportaciones brasileñas se han visto afectadas también luego de que los compradores de Europa y de otros países de Asia están optando por producción estadounidense más barata.
No obstante, se considera que el descenso en la demanda china de corto plazo por las semillas de soja brasileña sería temporal ya que los precios por las cargas del gigante sudamericano caerían tras la cosecha histórica que se espera.
