Los esfuerzos de China para apuntalar el alicaído crecimiento económico están resultando en un resurgimiento del endeudamiento, lo que pone de manifiesto las dificultades a las que se enfrenta el gobierno de Xi Jinping para frenar el riesgo financiero.
El volumen total de deuda corporativa, de los hogares y del gobierno de la nación ahora supera el 303% del producto interno bruto y representa aproximadamente el 15% de toda la deuda mundial, según un informe publicado por el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés). Esto supone un incremento desde algo menos del 297% en el primer trimestre de 2018.
El crecimiento real de la segunda mayor economía del mundo se desaceleró a un ritmo récord en el segundo trimestre por el impacto de la guerra comercial con Estados Unidos, así como factores a más largo plazo, tales como el envejecimiento de la sociedad.
En un intento por gestionar la desaceleración, el gobierno ha tratado de canalizar el crédito al sector privado y fomentar el consumo interno, al precio de una deuda más alta.
Esto supone un cambio respecto a la enérgica campaña de 2018 para frenar el endeudamiento corporativo fuera de los balances del llamado sector bancario en la sombra, una iniciativa distintiva del presidente Xi.
Si bien ese esfuerzo tuvo cierto éxito, los préstamos en otros sectores lo contrarrestaron, según el IIF. La marcada desaceleración de la economía también afecta la carga que la deuda impone a la economía.
Ante un crecimiento nominal del PIB en torno al 8% superado con diferencia por el crecimiento de la financiación agregada de aproximadamente el 11%, la relación deuda/PIB está destinada a aumentar, de acuerdo con Raymond Yeung de Australia & New Zealand Banking Group Ltd.
El producto interno bruto creció un 6.2% en el período abril-junio respecto al año anterior, inferior a la expansión del 6.4% del primer trimestre.
Por ahora, el crecimiento acelerado de la deuda parece ser un precio político que los responsables están dispuestos a pagar para frenar la desaceleración.
Los responsables de políticas han apuntalado el apoyo fiscal, incluido el alivio de las normas para la utilización de deuda pública en algunos proyectos de infraestructura. El Consejo de Estado y el Gabinete de China dijeron el mes pasado, que los bancos deberían intentar vender bonos por más de $26 mil 200 millones) para financiar pequeñas empresas en 2019.