Convertirse en un lugar más atractivo, con el fin de que las empresas se establezcan y sean más productivas, es una receta para contrarrestar las presiones que grandes países y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ejercen sobre pequeños países que albergan centros financieros internacionales. Esta idea fue planteada ayer por Pierre Bessard, presidente del Instituto Liberal, con sede en Suiza, durante un conversatorio organizado por la firma Goethals Consulting.
Uno de los caminos para mejorar la competitividad de un país es, según Bessard, reducir las tasas de impuestos corporativos y elevar los niveles de libertad económica. El experto señaló que en Suiza, país que también ha sido considerado paraíso fiscal tradicionalmente, algunas provincias redujeron el impuesto corporativo en 10 puntos porcentuales.
Consultado sobre si esta estrategia aplicada en Panamá no sería utilizada por la OCDE para tildar al país de paraíso fiscal, Bessard dijo que esto no debería suceder siempre y cuando las mismas tasas apliquen a todo el mundo. Recordó que hay países, como Dubái, donde se pagan algunas tasas, pero donde el impuesto corporativo es de 0%.
John Bennett, presidente de Goethals Consulting, indicó que la firma hizo un estudio y concluyó que en Panamá el impuesto a las sociedades podría ser de 10% y a las personas naturales de 5% sin reducción del costo del Estado. “Los gobiernos están sobredimensionados en tamaño y en alcance”, sostuvo Bennett, para quien una reducción del Estado permitiría recortes mayores en tasas impositivas.
Por su parte, el abogado Adolfo Linares repasó los tratados y convenios internacionales que preservan el derecho a la libertad y la privacidad de las personas y cuestionó que, producto de las presiones de la OCDE, Panamá haya adoptado el intercambio automático de información, a través del cual se comparte información financiera de ciudadanos sin que medie una orden judicial ni una investigación.