Un banquero que atendía a multimillonarios venezolanos fue condenado ayer en Miami a 10 años de prisión por su participación en el lavado de 1,200 millones de dólares de la compañía estatal de petróleo Pdvsa, en un caso que ha implicado a los hijastros del presidente Nicolás Maduro.
Matthias Krull está cooperando con el Gobierno estadounidense y la jueza federal Cecilia Altonaga dijo que si bien le impuso la máxima condena, podría reducirla.
El exbanquero de Julius Baer, que nació en Alemania, creció en Caracas y residía en Panamá, deberá pagar 50 mil dólares en multas y devolver 600 mil dólares que obtuvo de beneficio por su participación en la conspiración que sustrajo fondos de Pdvsa a través de contratos fraudulentos y préstamos en bolívares en el mercado negro.
Krull, de 45 años, permanecerá en libertad bajo fianza hasta el 29 de abril de 2019.
Se trata del mayor caso de lavado de dinero contra funcionarios venezolanos y sus socios que se haya conocido.
La investigación es parte de un vasto esfuerzo de los fiscales estadounidenses para acorralar a Maduro, que hasta ahora ha esquivado las acusaciones de corrupción que han caído sobre varios funcionarios de alto rango del Gobierno venezolano.
En documentos judiciales, Krull ha admitido que conspiró con hombres identificados como “Los Chamos” para lavar unos 200 millones de dólares en bienes raíces de lujo en Miami.
Los Chamos son Yoswal, Yosser y Walter Flores, hijos de una primera relación de la primera dama Cilia Flores, de acuerdo con dos estadounidenses que hablaron del caso con la AP.
En documentos judiciales, Krull aparece también como el “banquero personal” del “Conspirador 7”, descrito como el propietario de un canal de televisión de Venezuela y miembro de los “boliburgueses”, la élite empresarial que hizo fortunas a través de negocios con el Gobierno de Venezuela.
Otro de los miembros de la red de lavado de dinero es Abraham Edgardo Ortega, quien se desempeñó como director ejecutivo de Pdvsa y se espera se declare culpable esta semana.
Ni Raúl Gorrín, dueño del canal, ni Maduro han sido acusados en este caso.
Un abogado de Gorrín no respondió de manera inmediata un pedido de comentarios. No fue posible localizar a los hijastros de Maduro.
En busca de obtener una condena leve, Krull, ha expresado en documentos judiciales que esta es la primera vez que tiene contacto con el sistema de justicia criminal.
Krull creció en Caracas, donde su papá fue pastor de una iglesia luterana. Tras el divorcio de sus padres, terminó el colegio secundario en México y luego se trasladó a Suiza para estudiar negocios, antes de unirse al banco Julius Baer.
“Matthias ha aceptado totalmente y de manera inequívoca su responsabilidad por su participación en esta conspiración”, dijo su abogado, Óscar Rodríguez, en un documento presentado pocos días antes a la sentencia. “Ha tomado pasos importantes para corregir este error”.
Como parte de un acuerdo que selló con la fiscalía para obtener una condena leve, Krull se comprometió a colaborar con las autoridades en la investigación de lavado de dinero.
La jueza dijo que espera verlo pronto nuevamente en los tribunales, cuando los fiscales vuelvan para recomendar reducción de la condena por su asistencia en el caso.
Un tercer acusado, el agente financiero de Miami Gustavo Adolfo Hernández Frieri, fue arrestado en Italia en julio y está esperando su extradición a Estados Unidos. Otros seis acusados permanecen prófugos.
Krull, un financista de alto vuelo en Caracas
Matthias Krull admitió en agosto de 2018 su culpabilidad por su participación en la conspiración que comenzó en diciembre de 2014 con un plan diseñado para malversar fondos de Pdvsa.
De acuerdo con su confesión, se unió al esquema en 2016, tiempo en el que aún formaba parte de las operaciones de Julius Baer en Panamá. De acuerdo con información reportada por Bloomberg, fue acusado en julio y se declaró culpable el mes siguiente de una conspiración que, según los fiscales, involucraba a administradores y corredores de fondos en Estados Unidos.
Según los medios venezolanos, Krull era reconocido por sus contactos de alto nivel en Caracas, lo que le permitía captar fondos de importantes clientes vinculados al régimen de Maduro.Por ahora no hay indicios de que sus movidas hayan involucrado las operaciones del banco y la casa de valores en Panamá. Al menos esta es la primera reacción no oficial de los reguladores.Julius Baer tiene planeado cerrar sus operaciones en el país al finalizar este año, como parte de una nueva estrategia operativa que no está vinculada al caso de Krull.