La tensión entre conductores y compañías de viajes compartidos vuelve a estallar, ya que los choferes que trabajan en grandes ciudades de Estados Unidos y Gran Bretaña iniciaron una huelga ayer por bajos salarios y condiciones de trabajo inestables.
Anunciada como una protesta internacional previa a la oferta pública inicial de Uber de esta semana, conductores de Londres y ciudades cercanas informaron que apagarían sus aplicaciones a las 7:00 de la mañana de ayer.
Piden mejores condiciones
En Estados Unidos, grupos de conductores en Boston, Los Ángeles, Nueva York, San Francisco y otras grandes ciudades confirmaron que participarían en la huelga y alentaron a los usuarios a boicotear las aplicaciones.
Hubo poca evidencia inicial de falta de conductores en Londres o Nueva York, dos de los mercados más grandes de Uber, y la aplicación mostraba numerosos vehículos disponibles.
Sin embargo, la amenaza de protestas llamó la atención de políticos locales como el líder de la oposición británica, Jeremy Corbyn, que publicó en Twitter que “no se le puede permitir a Uber pagar en grande a sus ejecutivos mientras se niega a dar a los conductores un salario decente y respetar sus derechos laborales.”
En Estados Unidos, el senador Bernie Sanders criticó a Uber por pagar a sus cinco principales ejecutivos $143 millones en compensaciones el año pasado, incluidos $45 millones a su director ejecutivo, Dara Khosrowshahi.
“Entonces, ¿por qué los conductores de Uber tienen problemas para tener comida en la mesa?”, escribió Sanders en Twitter.
“Apoyo a los conductores de Uber y Lyft en huelga hoy. La codicia se tiene que acabar.”
Se trata de una antigua disputa entre las compañías de transporte compartido y los conductores profesionales, quienes afirman que las plataformas dificultan ganarse la vida en la industria.