Tras sufrir su contracción económica más prolongada en este siglo, puede que Rusia haya tenido la recuperación más corta de todas.
JPMorgan Chase & Co. afirma que el principal exportador mundial de energía probablemente cerró el año pasado con dos trimestres consecutivos de contracción —una recesión técnica—, un enfriamiento inesperado que contempló desde dificultades en el gasto del consumidor hasta una caída de la producción industrial.
El producto interno bruto todavía sigue creciendo respecto al mismo período del año anterior.
El banco central estima una expansión de 1.7% a 2.2% en 2017 y proyecta que mantenga un ritmo similar en 2018. “El crecimiento fue impulsado por varios factores puntuales y ahora estos están desapareciendo”, dijo Liza Ermolenko, economista de Barclays Capital en Londres.

