Más de 100 preguntas respondieron los funcionarios de Tocumen, S.A., en la reunión de homologación del pliego de la licitación para el despacho de combustible en la terminal aérea. Sería el primer gran contrato que deberá gestionar la entidad estatal, ahora al mando de Carlos Duboy.
Ocho compañías internacionales, que en conjunto tienen presencia en más de 100 aeropuertos en todo el mundo, atendieron el llamado de Tocumen.
La terminal busca un nuevo proveedor, luego de que el año pasado se anulara el contrato firmado en 2011 al determinarse que afectaba las finanzas de la sociedad anónima, controlada en su totalidad por el Estado, ya que los montos pactados no eran convenientes para Tocumen.
Las empresas que participaron en la homologación que se extendió por más de 5 horas fueron: GB Energy Management (España); Million Air (Estados Unidos); CLH Aviación (España); Petroleum Supply Logistic (Estados Unidos); Menzies Aviation (Inglaterra); Ogden Aviation Services (Estados Unidos); Swissport International (Suiza); y AEG Fuels (Estados Unidos).
Quien salga vencedora tendrá la enorme responsabilidad de despachar el combustible a todas las aeronaves que se abastezcan en Tocumen. Se trata de 600 mil galones diarios en promedio, un enorme negocio por el cual el Tocumen recibe un canon, recientemente redefinido.
Entre las dudas que tenían las compañías estaba si quien se adjudique el contrato tiene que crear una sociedad en Panamá para prestar el servicio, tomando en cuenta que ninguna tiene presencia en el país.
Ante esta inquietud, Franklin Carrillo, vicepresidente comercial de Tocumen, S.A., comentó que las empresas que decidan crear una sociedad en el país deben mantener el mismo componente accionario establecido en sus operaciones centrales.
Indicó que antes de firmar la adjudicación, la junta directiva del aeropuerto verificará quiénes serán los beneficiarios finales del contrato y, para ello, se investigará el componente accionario de la empresa.
En el contrato firmado en 2011, entre Tocumen y la estadounidense Asig Limited, se incluyó a la sociedad panameña Asig Panamá, S.A., de la cual se desconocía quiénes eran sus verdaderos propietarios.
Fuentes que participan en el sector aeroportuario y energético indicaron que entre los socios locales no visibles de la compañía estadounidense estaba Gabriel Gaby Betsh, que durante la pasada administración obtuvo contratos millonarios en la terminal aérea, entre ellos, la concesión de los estacionamientos, pacto que también fue anulado por Tocumen, S.A., por afectar los ingresos del aeropuerto.
Otro punto dentro del pliego de condiciones que generó confusión entre las empresas era la construcción de una zona industrial dentro del aeropuerto, para el despacho de combustible para equipos a motor.
En el pliego, no se especificaba cuál sería la función de esta zona industrial ni el tamaño que debía tener y cuál sería su capacidad.
Los voceros del aeropuerto indicaron que aclararían este punto a través de una adenda, pero adelantaron que se refería a la construcción de una estación de combustible para abastecer a los vehículos que utilizan las aerolíneas para su operación dentro del perímetro del aeropuerto.
Actualmente, estos vehículos y los que se emplean para transportar las maletas se abastecen con pequeños recipientes, procedimiento que se ha eliminado en la mayoría de las terminales aéreas.
Aunque este servicio formará parte del contrato, cada aerolínea deberá pagar al contratista por el combustible que utilice.
También se aclaró que el contratista seleccionado solo tendrá que construir la gasolinera en Tocumen, ya que en los otros aeropuertos que estarán dentro del contrato (David, Río Hato, Panamá Pacífico y Colón), solo será responsable por el despacho de combustible a las aeronaves.
Dentro de la homologación las compañías también solicitaron una prórroga de 60 días para terminar de preparar sus propuestas, ya que la entrega de documentos está fijada para el 15 de mayo y Tocumen debe enviar una nueva adenda con los cambios solicitados en la reunión.
ANULACIÓN DE CONTRATO
Hace seis años, Tocumen firmó con la empresa estadounidense Asig Limited y sus socios locales Asig Panamá, S.A., un contrato por 20 años para el suministro de combustible para avión en la terminal aérea.
En ese momento, se pactó que hasta 2031 Tocumen recibiría un centésimo por cada galón de combustible despachado, cuando la compañía ganaría seis centésimos.
Es decir, que mientras Tocumen recibía una regalía anual cercana a los $2 millones, la empresa obtenía una ganancia superior de $13 millones, tomando en cuenta que el consumo de combustible irá creciendo a medida que aumente el número de vuelos.
Tras un año de negociación en 2016 y luego de determinar que la compañía no había hecho las inversiones correspondientes para incrementar la reserva de combustible en la terminal aérea, Tocumen tomó la decisión de anular el contrato y convocar a una nueva licitación.
Para no afectar las operaciones en el aeropuerto, Asig, que fue adquirida en enero pasado por Menzies Aviation por más de 200 millones de dólares, aceptó la anulación del contrato y continuar brindando el servicio bajo otros términos financieros, mientras se escogía al nuevo proveedor.
Con la negociación, se aumentó la comisión de Tocumen de 1 centésimo por galón a cerca de 5 centésimos (0.047), y la empresa bajó a 3 centésimos en vez de los casi 7 centésimos (0.067) que ganó hasta finales de 2014.
Con este cambio, Tocumen recibió entre $8 millones y $10 millones el año pasado, y la empresa, entre $5 millones y $6 millones.
A diferencia del contrato firmado en el quinquenio pasado, la nueva concesión será por 10 años y se estableció que de incrementarse la compra de combustible más de lo proyectado, la comisión de la compañía no aumentará.