La cosecha récord de trigo prevista este año en Argentina podía hacer arrancar en el cuarto trimestre a la economía doméstica, golpeada por bajos niveles de inversión, una elevada inflación y una producción de soja que fue devastada por condiciones climáticas adversas.
Los agricultores del país sudamericano se están apurando a sembrar trigo con la alta humedad que dejaron las tormentas de abril, que llegaron después de meses de una severa sequía y ayudaron a destrozar a la soja 2017/18, cuya cosecha sufrió pérdidas de unos 20 millones de toneladas.