Después de un rato de haber empezado a trabajar bajo mi propio nombre, empecé a temer que cuando uno empieza a ser su marca personal deja de ser su persona. Y es cierto, sobre todo si no aprendemos a separar nuestro personaje de nuestra persona. Comparto aquí tres acciones que te permiten crear tu personaje de trabajo sin socavar tu identidad personal.
1. Crea tu personaje: En literatura, existen dos tipos de personajes. Los personajes planos usualmente son estereotípicos, sólidamente, construidos con énfasis en unas cuantas características predominantes.
Joey Tribbiani de Friends era un personaje plano con sus características icónicas: enamorador y amante de la comida. En cambio, los personajes redondos son el producto de características aparentemente contradictorias, que les otorgan un tipo de profundidad. Anakin Skywalker, de Star Wars, es un personaje sumamente complejo, ya que es la personificación de la batalla entre el bien y el mal.
Es más fácil crearte un personaje plano para tu marca personal. Sin embargo, vale más la pena crearte un personaje redondo. Los personajes planos al tener una característica predominante son predecibles, y es difícil luego de un rato llevar a la audiencia a asociarlo con algo más. Piensa en el tipo de actores que siempre juegan el mismo papel, sin importar la película en la que salgan. El tipo gracioso. La mejor amiga. El loco.
Para crear un personaje redondo, debes escoger más que una serie de características, una serie de creencias. ¿En qué cree tu personaje? ¿Por qué hace lo que hace? ¿Qué no está dispuesto a hacer? ¿Con cuáles otras causas secundarias se relaciona? Es importante saber que estas respuestas no son inventadas. Nuestros personajes están basados en nosotros mismos y construidos con nuestras características. Simplemente, que esas características se expresarán adecuadamente para cumplir objetivos de trabajo.
El punto de hacer la distinción entre nosotros como personas y nuestros personajes es evitar que cuando nosotros personalmente pasemos por una crisis existencial de “por amor al arte vs. en búsqueda de dinero” (por ejemplo), nuestro personaje no esté igualmente enredado y pueda seguir trabajando con los objetivos de negocios en mente. Al final del día, tu vida personal siempre se verá reflejada en tu trabajo profesional, pero el punto de que exista una diferencia es para que pueda ser comunicado a tu audiencia de manera estratégica.
2. Establece tu horario de trabajo: Tu personaje de trabajo debe ser manejado como tal, tu versión profesional. Tu personaje tiene una manera de vestirse, un lugar donde trabaja y un horario. Lo más importante de todo es tener un horario de 8:00 a.m. a 5:00 p.m. como en el resto de los trabajos. Cuando no le ponemos un horario de trabajo a nuestro personaje, corremos el riesgo de “convertirnos” en nuestro personaje: hacer o decir cosas en la mentalidad de hustle que no necesariamente corresponden a nuestra vida/situación personal.
3. Maneja las expectativas: Crear un personaje y darle su momento a través de un horario de trabajo es una manera de protegernos de nosotros mismos. La creación de un personaje nos da una distancia óptima de nuestro trabajo que permite tanto cuidar los detalles privados/personales de nuestra vida como cuidar los detalles comerciales de nuestro trabajo. Manejar las expectativas es una manera de protegernos del público.
Tu audiencia podrá tener expectativas reales o irreales de tu personaje. Lo importante es saber que tú decides dónde está la línea, cuánto puede esperar de ti la gente y qué estás dispuesto a entregar y qué no. La audiencia querrá que tu persona sea como tu personaje. Pues, no tienes que serlo y no puedes serlo. La audiencia querrá que les respondas todos sus correos/mensajes inmediatamente, no necesariamente es posible. La audiencia querrá poner en ti su idea de cómo debe ser tu personaje y qué pueden esperar de ti. Es por eso que las audiencias se desilusionan si no les gusta algo que haces/dices/piensas/apoyas. Lo único que la gente puede y debe esperar de ti es que entregues un trabajo bien hecho, tal como lo comunicaste y prometiste.
Quítate de encima la presión de ser el personaje que la gente espera que seas y trabaja desde tu propio centro con límites y objetivos bien definidos.