La tecnología llegó para cambiar el mundo. Las personas la usan para estar más comunicadas, mientras las empresas buscan mayor productividad mediante el marketing online.
En medio de este caldo de cultivo tecnológico que implica lo personal y el conocimiento sobre un tema concreto, aparecieron los llamados influencers o influenciadores digitales.
Jorge Chanis, creador del blog El buen diente y de los premios “El buen tenedor”, asegura que con la incorporación de la tecnología, las redes sociales y los influencers, el método para impulsar un negocio cambió.
El especialista que participó ayer en el conversatorio: Influencers Game Changers, organizado por la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa, asegura que del mismo modo como avanzan las diferentes maneras de consumo, también se irán incorporando a las reglas del juego legislaciones a las publicidades impartidas desde las redes sociales. “Ya se aplica en Estados Unidos y seguramente pronto se establecerá en Panamá”, asegura.
Advierte que el marketing online es un negocio delicado, y colocar una marca al mejor postor solo porque tiene más seguidores en las cuentas de Instagram y Facebook puede ser fatal para cualquier modelo comercial.
En esto también coincide Mandy Sealey, fanática del fitness, quien explica que a medida que pasa el tiempo el trabajo del influencer será “más difícil”.
“Cuando se hace este tipo de trabajo debe haber confianza, credibilidad y organización. No basta con una cara bonita o tener miles de seguidores, hay que reinventarse, capacitarse, hacer talleres”, dijo Sealey.
Según el Global Trust in Advertising Report 2015 de Nielsen, más del 80% de los consumidores confían más en la recomendación de un familiar o amigo que en una valla publicitaria o un comercial televisivo.