La crisis en la que está sumida hace años la industria automotriz brasileña puede agravarse aún más antes de mejorar, según Ana Theresa Borsari, de Peugeot, S.A.
El problema, según ella, es que la industria aún tiene que adaptarse a lo que terminó siendo un mercado mucho más pequeño de lo previsto.
En 2011, las estimaciones indicaban que las ventas de automóviles en Brasil serían de 5.5 millones de unidades en 2018, un salto del 50% en ese momento. Pero después de años de recesión, es poco probable que esa cifra supere los 2.4 millones.
“Era una fiesta preparada para 5 mil personas y solo vinieron 500”, dijo Borsari, quien dirige las marcas Peugeot, Citroën y DS en la economía más grande de Latinoamérica, en entrevista desde la oficina de Bloomberg en São Paulo.
“Los impactos de ese exceso de capacidad se encuentran en toda la cadena, desde el diseño de autopartes hasta los concesionarios”.
En mayo la huelga de camioneros empeoró la ya frágil recuperación al afectar el suministro de autopartes y a los clientes, que “desaparecieron”. Los analistas vienen recortando las proyecciones de crecimiento para este año, que ahora están en 1.5%, según una encuesta semanal del banco central, frente a un 2.7% a mediados de mayo.
Los datos de junio, publicados por el grupo sectorial Anfavea, muestran que las ventas de automóviles cerraron el primer semestre del año con un aumento del 14% en comparación con el mismo período de 2017, un ritmo que viene perdiendo fuerza en los últimos meses.
Borsari es una de las pocas mujeres que ocupa una posición de liderazgo en la industria automotriz de Brasil.
Una encuesta realizada por Automotive Business muestra que las mujeres representan el 17 % de la fuerza laboral del sector, un poco más que en 2013.
En los niveles superiores de gestión, solo hay cuatro mujeres en puestos de presidencia o vicepresidencia y 38 directoras, equivalentes al 4.4% del universo total de mujeres en estas empresas.
Pese a que las elecciones deberían acentuar las incertidumbres y la volatilidad en el segundo semestre, por el momento PSA se apegará a sus planes.
El tamaño relativamente pequeño de la empresa en el país –tiene 1.9% del mercado– la ayuda a reaccionar más rápidamente a los escenarios cambiantes, dijo Borsari.
“Adoptamos un escenario algo más conservador relacionado con el crecimiento, lo que hace que este escenario, que en el pasado fue conservador, ahora sea optimista”, dijo.