En una enorme residencia ubicada en la exclusiva villa de Wellington, Florida, Alejandro Andrade y su familia disfrutan de la vida alejados de las dificultades que se viven en su natal Venezuela.
Andrade, el guardaespaldas del fallecido presidente Hugo Chávez, que llegó a ser tesorero del país latinoamericano, vive desde 2012 en una residencia de más de 830 metros cuadrados (9,000 pies cuadrados), que tiene cinco habitaciones, pisos de mármol, una piscina y se encuentra ubicada a unos kilómetros del Centro Internacional Ecuestre de Palm Beach.
El inmueble también tiene un establo con 60 caballos. Con nombres como Bon Jovi y Armani Z, los equinos generalmente son montados por el hijo de Andrade, Emanuel Andrade, un jinete olímpico cuyas redes sociales lo han hecho sujeto de críticas en sitios de chismes que se burlan de su lujoso estilo de vida con celebridades como la modelo Kendall Jenner y la matriarca de la familia Kardashian, Kris Jenner.
Sin embargo, las espléndidas comodidades no han asilado por completo a Andrade de la crisis política y humanitaria que aqueja a su país natal, donde los niños se están muriendo por desnutrición y la gente se enfrenta al gobierno por las precarias condiciones en las que viven bajo el mandato del presidente Nicolás Maduro, el sucesor de Chávez.
Las repercusiones de la profunda crisis han viajado más de 2,000 kilómetros (1,400 millas) hasta Wellington para incursionar al mundo de Andrade, y lo han hecho a veces en privado y otras en público.
Los venezolanos que protestan contra las condiciones de vida en Venezuela han realizado manifestaciones cerca de su hogar. Además, Andrade ha tenido relaciones tensas con otros venezolanos en la comunidad ecuestre de Wellington, creando una fricción que ha involucrado al magnate Mark Bellissimo y llamado la atención del Departamento de Policía del condado de Palm Beach.
Ahora, Andrade enfrenta una amenaza más seria que los críticos dicen ha sido retrasada por mucho tiempo.
Las autoridades federales en el sur de Florida están armando un caso de lavado de dinero en su contra, de acuerdo con el periódico The Miami Herald. Para los venezolanos que viven en el estado y han cuestionado el estilo de vida de Andrade, el caso significa buenas noticias.
Andrade, de 53 años, es sospechoso de haber lavado millones de dólares que robó del Gobierno venezolano para invertir en bienes raíces, caballos y otros activos en Florida, reportó el diario el 31 de marzo.
Él, junto con otros connacionales en el gobierno, el sector bancario y empresarial de Venezuela, son sospechosos de enriquecimiento por vender miles de millones de dólares en bonos, de aprovechar los tipos de cambio fluctuantes y ocultar sus ganancias en cuentas bancarias suizas y en inversiones en Estados Unidos, según el periódico.
El periodista de investigación Casto Ocando tuiteó a fines de marzo que Andrade fue “acusado” o “imputado” en el tribunal de la jueza Robin Rosenberg, ubicado en West Palm Beach en diciembre.
Un expediente criminal, sellado el 22 de diciembre por Rosenberg, no nombra al acusado en un caso sobre conspiración para cometer el delito de lavado de dinero presentado por el gobierno federal estadounidense.