Cuba se comprometió ante la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) a continuar las reformas en la isla, pero sin aplicar políticas de choque.
Miguel Díaz-Canel, quien hace menos de un mes fue elegido para reemplazar a Raúl Castro, ha admitido que se han cometido errores y sostiene que el plan de reformas se ha desacelerado, pero prometió continuar modernizando la frágil economía de corte soviético. La actividad ha crecido como promedio 2.4% anual en la última década, según estadísticas oficiales.
La jefa de la Cepal, Alicia Bárcena, inauguró el pasado lunes en La Habana una sesión de la entidad, en la que Cuba asumió por dos años la presidencia pro tempore.
“A pesar de las dificultades que enfrenta la economía cubana, muy particularmente debido al recrudecimiento del bloqueo impuesto contra Cuba por casi seis décadas, seguiremos enfocados en las metas de desarrollo fijadas a fin de preservar, ampliar y profundizar los logros alcanzados”, expresó Díaz-Canel en dicha reunión.
Precisamente, la isla se encuentra en medio de un proceso para hacer más eficiente su economía socialista tras décadas de un fuerte estatismo centralizado.
El proceso recibió críticas de aquellos que se resisten a la apertura de la iniciativa privada y quienes ven el proceso muy lento luego de que el exgobernante Raúl Castro paralizara el avance de algunos sectores independientes.
Díaz-Canel aseguró que la isla continuará con la “actualización del modelo económico y social iniciado”, pero “regidos por la premisa inviolable de no dejar a ningún ciudadano desamparado. Nunca aplicaremos las conocidas terapias de choque que solo afectan a los más necesitados”.
