Un informe encargado por la Comisión Europea puso en duda la viabilidad económica de los planes para construir un gasoducto que conecte España y Francia, diseñado en parte para ayudar a reducir la dependencia de Europa del gas ruso, dijeron cinco fuentes a Reuters.
La Comisión apoya desde hace tiempo el proyecto Midi-Catalonia (Midcat), que con una inversión de 3,700 millones de dólares más duplicaría la capacidad de interconexión de gas a través de las montañas de los Pirineos que bordean ambas naciones. El operador francés de gasoductos Terega, propiedad del grupo italiano Snam, y la española Enagás quieren invertir en el proyecto, que consideran dará a Europa un mayor acceso a las numerosas terminales de gas natural licuado (GNL) que tiene España. El Midcat también cuenta con el apoyo del español Miguel Arias Cañete, el actual comisario de Energía y Acción contra el Clima.
Pero el proyecto enfrenta la oposición del regulador energético francés CRE, que afirma que el Midcat elevará la factura de los consumidores sin mejorar la seguridad del suministro. Grtgaz, la filial de distribución de gas de Engie, también ha cuestionado la necesidad del oleoducto.
Y ahora, un estudio de Poyry, la consultora designada para hacer una evaluación para la Comisión de la primera fase de Midcat, señala que el proyecto tiene poca probabilidad de ser económicamente viable.
Según este estudio, solo sería viable desde el punto de vista financiero “en escenarios con un mercado de GNL muy ajustado”.
Una tensión así en el mercado de gas podría ser causada por una brusca caída del suministro de gas argelino a Europa, un escenario que las fuentes ven improbable.
Los expertos dijeron que la infraestructura de gas existente en los Pirineos ya está siendo infrautilizada, incluso en periodos de alta demanda. “Si existiera una demanda real para el Midcat, el mercado ya habría construido esas interconexiones”, dijo una de las fuentes familiarizadas con el informe de Poyry.