La semana pasada compartí algunas ideas sobre la gestión de la cultura corporativa como un activo clave en procesos de fusión y/o adquisición de empresas. Esta semana complementaré este tema con algunos casos y datos de interés.
El año 1995 las empresas farmacéuticas Upjohn, de Kalamazoo Michigan en EU, y Pharmacia AB, de Suecia, anunciaron un acuerdo de fusión, que en su momento creó una de las 10 mayores compañías del sector en el mundo.
Esta fusión tenía el componente crítico de integrar dos culturas corporativas sustancialmente distintas y los problemas empezaron al poco tiempo del anuncio.
Tal como lo citó en su momento el Wall Street Journal, todo el mundo sabe que los suecos salen de vacaciones en julio, prácticamente en masa, y que los italianos hacen lo mismo en agosto. Es decir, lo sabe todo el mundo en Europa, pero no en Kalamazoo.
El año 1997 los ejecutivos de Estados Unidos programaron reuniones a lo largo del verano y tuvieron que cancelar algunas porque sus colegas estaban en la playa.
Los suecos se irritaron cuando los estadounidenses les pidieron escribir detallados informes mensuales; los estadounidenses comenzaron a refunfuñar cuando los europeos se opusieron a la política de Upjohn de someter a sus empleados a pruebas para detectar el consumo de drogas y alcohol; y los italianos condenaron la versión sobre una supuesta toma de poder por parte de los ejecutivos de Estados Unidos.
El experto en fusiones y adquisiciones Max Habeck sostiene que superar las diferencias culturales, es con mucho la cuestión más problemática para conseguir que las fusiones y adquisiciones funcionen bien. De repente, se toma a personas de culturas muy distintas, se les agrupa, y se espera que resuelvan complejos asuntos de estrategia y prácticas de trabajo.
Según un estudio de la consultora AON denominado “La diferencia en la cultura organizacional hace que los acuerdos de fusiones y adquisiciones se conviertan en una proposición muy riesgosa”, 87% de las organizaciones indica que la integración cultural es crítica para el éxito del negocio y el futuro de la operación de este, pero el 58% de las compañías no tiene idea de cómo evaluar e integrar la cultura en un acuerdo de compra.Por ello, evaluar la compatibilidad de las culturas es fundamental para asegurar un ensamblaje sostenible de la nueva organización.